El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, anunció que viajará a Estados Unidos para reunirse cara a cara con el presidente Donald Trump y discutir los aranceles impuestos a su país.
El dignatario acaba de ganar las elecciones generales e hizo historia como el primer gobernante australiano en lograr un segundo mandato consecutivo en 21 años.
Albanese contó que Trump lo llamó y felicitó por el triunfo de una manera muy cálida y, aunque abordaron el tema de los aranceles, no brindó detalles, solo expuso la intención de viajar a Estados Unidos como primera salida internacional en su segundo mandato.
Seguiremos interactuando y nos reuniremos cara a cara en el futuro, sentenció el líder del Partido Laborista, pese a no precisar fecha todavía.
Previo a las elecciones, Albanese declaró que los nuevos aranceles del 10 por ciento para Australia “no son el acto de un amigo” y subrayó que carecen de fundamento lógico, pues contradicen la base de la colaboración histórica entre ambos países.
Además, el mandatario insistió en que la reciprocidad real implicaría aranceles cero, ya que los productos estadounidenses ingresan a Australia libres de gravámenes.
Por otra parte, Australia también se ha visto afectada por los impuestos del 25 por ciento a todas las importaciones de acero y aluminio de Estados Unidos.
Los recientes comicios en la nación oceánica exhibieron dos claros contrincantes: Albanese y el conservador Peter Dutton, postulado por la coalición Liberal-Nacional, quien tuvo posturas de admiración y cercanía con Trump, incluso llegó a plantear ideas similares en algunas esferas y “hacer Australia grande de nuevo”.
Más de 18 millones de personas estaban registradas para votar el pasado sábado y concedieron una victoria aplastante al Partido Laborista, algo que algunos analistas atribuyen al “efecto Trump”, por el gran rechazo que este dignatario provoca.
Al decir de Albanese, los australianos eligieron enfrentar los desafíos globales a la manera australiana, cuidándose unos a otros mientras construyen para el futuro.
El triunfo del Partido Laborista fue bastante claro, luego de conseguir 85 escaños de los 150 en juego en la Cámara Baja.