Advertencias meteorológicas severas cubrieron franjas de Nueva Zelanda el jueves con fuertes lluvias que provocaron un estado de emergencia para la ciudad más grande de la Isla Sur, Christchurch, mientras que los meteorólogos registraron vendavales “destructivos” en la capital, Wellington.
Fuertes nevadas y grandes olas azotaron otras partes del país. No se reportaron muertos ni heridos graves. Por la tarde, la magnitud de los daños no estaba clara, pero las evacuaciones no fueron generalizadas.
La alerta roja por viento del jueves para Wellington, en el extremo sur de la Isla Norte de Nueva Zelanda, marcó la primera vez que la capital, famosa por sus fuertes vientos, se enfrentaba al nivel de alerta más severo. Se instó a los residentes a permanecer en sus casas, evitar viajar y mantenerse alejados de puertas y ventanas, ya que las ráfagas de hasta 150 km/h (93 mph) representaban una “amenaza mortal” debido a la caída de árboles y objetos despedidos, según informó el servicio meteorológico Metservice.
Los vuelos hacia y desde Wellington se cancelaron durante todo el jueves y los viajes en ferry entre las Islas Norte y Sur se suspendieron al menos hasta la tarde del viernes. El Servicio Meteorológico esperaba olas de 5 metros (16 pies) en el estrecho de Cook, la masa de agua entre las dos islas más grandes de Nueva Zelanda.
Cerca de 1.000 propiedades se quedaron sin electricidad el jueves por la tarde en la región de Wellington, con una población de 550.000 habitantes. La universidad más grande de la ciudad cerró sus puertas, el Royal New Zealand Ballet canceló una función nocturna y varias escuelas enviaron a sus estudiantes a casa.
Wellington es la ciudad más ventosa de Nueva Zelanda, con ráfagas de viento de hasta 63 km/h (39 mph) durante aproximadamente la mitad de los días del año. Sin embargo, el jefe de gestión de emergencias de Wellington, Dan Neely, advirtió a los residentes que tomaran en serio las advertencias, ya que la tormenta del sur era inusualmente fuerte y podría poner en peligro la vida, informó Radio Nueva Zelanda.
En la ciudad de Christchurch, la más grande de la Isla Sur, y en algunas zonas rurales cercanas, las fuertes inundaciones provocaron el desbordamiento de los ríos, lo que provocó el cierre de carreteras y el temor de que las aguas pudieran alcanzar las viviendas. El jueves se declaró el estado de emergencia local, incluso en Christchurch, según informó a la prensa el ministro de Gestión de Emergencias, Mark Mitchell.
Se emitieron alertas de nivel naranja, la segunda más grave, en partes de ambas islas por lluvias intensas y fuertes marejadas, y en algunos distritos de la Isla Sur por fuertes nevadas. Se esperaba que el sistema de tormentas que azotaba gran parte del país el jueves amainara el viernes.
Los neozelandeses están acostumbrados a condiciones invernales extremas debido a las características geográficas que producen condiciones climáticas variables y, a veces, extremas en este país de 5 millones de habitantes. Sin embargo, fue inusual que se emitieran advertencias tan generalizadas.