Arabia Saudita y Qatar revelaron el domingo que pagarán la deuda pendiente de Siria al Banco Mundial, una medida que probablemente hará que la institución internacional reanude su apoyo al país devastado por la guerra.
Una declaración conjunta de los Ministerios de Finanzas de Arabia Saudita y Qatar dijo que la decisión de pagar la deuda de casi 15 millones de dólares (13,2 millones de euros) de Siria al Banco Mundial fue tomada durante las reuniones de este mes en Washington por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria agradeció a las dos naciones ricas en petróleo y gas por pagar la deuda, diciendo que abre el camino para activar la cooperación hacia la recuperación y reconstrucción después de un conflicto de 14 años que mató a medio millón de personas y causó una gran destrucción en el país.
Desde la caída del gobierno de Bashar Assad a principios de diciembre, cuando grupos insurgentes liderados por el islamista Hayat Tahrir al-Sham asaltaron su sede del poder en Damasco, Arabia Saudita y Qatar han sido los principales partidarios del nuevo liderazgo del país.
En 2017, las Naciones Unidas estimaron que reconstruir Siria costaría al menos 250 000 millones de dólares (220 400 millones de euros). Algunos expertos afirman ahora que esa cifra podría alcanzar al menos los 400 000 millones de dólares (352 600 millones de euros).
El apoyo de Arabia Saudita y Qatar podría ayudar a Siria a recibir nuevamente el respaldo del Banco Mundial
La declaración conjunta saudí-catarí indicó que el pago de los préstamos a Siria facilitará la reanudación del apoyo y las actividades del Banco Mundial en el país, estancadas durante más de 14 años. El comunicado añadió que el pago del préstamo permitirá a Siria recibir asignaciones del Banco Mundial próximamente para sectores vitales.
No se dieron más detalles sobre cuáles podrían ser estos sectores ni cuándo exactamente el país podría empezar a tomar estas asignaciones.
La infraestructura de Siria sufrió una amplia destrucción durante el conflicto que estalló en marzo de 2011. El mes pasado, Qatar comenzó a suministrar gas natural a Siria a través de Jordania para aliviar los largos cortes de electricidad que son comunes en gran parte del país.
Un obstáculo importante para los proyectos de desarrollo en Siria son las sanciones occidentales impuestas al país hace más de una década, dirigidas principalmente al gobierno y a sus funcionarios de Assad.
La administración Trump aún no ha reconocido formalmente al nuevo gobierno sirio liderado por el presidente y líder de HTS, Ahmad al-Sharaa. HTS sigue siendo una organización terrorista designada por Estados Unidos, y las sanciones impuestas a Damasco bajo el gobierno de Asad siguen vigentes.
Sin embargo, Washington ha flexibilizado algunas restricciones. En enero, el Tesoro estadounidense emitió una licencia general, con una vigencia de seis meses, que autoriza ciertas transacciones con el gobierno sirio, incluidas algunas ventas de energía y transacciones incidentales.
Mientras tanto, la Unión Europea ha comenzado a aliviar algunas sanciones energéticas y de transporte y las restricciones bancarias contra Siria, suspendiendo las medidas dirigidas al petróleo, el gas y la electricidad, así como al transporte, incluido el sector de la aviación.
El gobierno británico dijo el jueves que estaba levantando las sanciones contra una docena de entidades sirias, incluidos departamentos gubernamentales y medios de comunicación.