España invertirá 10.400 millones de euros adicionales en defensa para cumplir el objetivo del 2% de la OTAN en 2025, anunció oficialmente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la reunión ministerial del martes en Madrid.
El líder de centroizquierda enfatizó que España sigue siendo un país “pacifista” y dijo que las nuevas inversiones pretenden disuadir a “quienes puedan pensar en atacar a Europa”.
Menos de una quinta parte de los fondos del plan se destinará a la “compra de armas en el sentido tradicional de la palabra”, añadió el líder socialista.
Según el plan de defensa y seguridad propuesto, el 35% de las nuevas inversiones se destinará a mejorar las condiciones laborales de las tropas, más del 31% a nuevas tecnologías de telecomunicaciones y ciberseguridad, casi el 19% a herramientas de defensa y disuasión, y cerca del 17% a apoyar la gestión de emergencias y desastres naturales.
Sánchez explicó a los periodistas que las nuevas inversiones no afectarán al bolsillo de los ciudadanos, ya que el Gobierno español no prevé subidas de impuestos, ni crecimiento de la deuda pública, ni recortes al estado del bienestar para elevar el gasto en defensa y seguridad del país a unos 34.000 millones de euros en 2025.
“El dinero saldrá de los fondos de recuperación pospandemia, del ahorro del Gobierno gracias al crecimiento económico, del margen que nos dan partidas que estaban en los Presupuestos de 2023 y que ya no son necesarias”, ha dicho Sánchez.
Además, Sánchez prometió que la mayor parte de las inversiones (alrededor del 87%) se destinará a empresas españolas y que menos del 5% se destinará a fuera de la UE. «El objetivo de este proyecto es dar un nuevo salto tecnológico e industrial», argumentó.
El plan de seguridad y defensa español será presentado este miércoles para su análisis ante la Comisión Europea y la OTAN.
Hasta la fecha, España ha sido el país más rezagado de la OTAN en cuanto al cumplimiento del objetivo del 2% de gasto en defensa acordado en 2014 por la alianza militar transatlántica. Se espera que este objetivo se eleve al menos al 3% durante la cumbre anual de la OTAN en junio en La Haya.
El Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, ha pedido repetidamente durante meses a los 32 aliados que aumenten el gasto militar para cerrar brechas críticas de capacidad y garantizar la seguridad del continente ante una posible agresión, y el expresidente estadounidense Donald Trump incluso ha exigido que sus homólogos aumenten el gasto al 5% de su PIB, una cifra que ningún aliado cumple actualmente.
Los miembros europeos de la OTAN ya han dicho al principal diplomático estadounidense que alcanzar esa cifra actualmente no es realista, pero se comprometieron a aumentar la distribución de la carga dentro de la alianza.
Italia, uno de los ocho aliados que aún no ha alcanzado el objetivo, anunció la semana pasada que lo hará a finales de este año.
“Somos plenamente conscientes, especialmente a la luz de las tensiones actuales, de la necesidad de aumentar dicho gasto en los próximos años”, afirmó el jueves pasado el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti.