Las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF) de Sudán han matado a más de 30 personas en otro ataque mortal en la región de Darfur, en esa nación devastada por la guerra, según activistas.
Las RSF y las milicias aliadas lanzaron el domingo una ofensiva sobre el-Fasher, la capital de la provincia de Darfur del Norte, según informaron los Comités de Resistencia, un grupo activista.
Decenas de personas más resultaron heridas en el ataque, dijo el grupo, que sigue la guerra.
La violencia continuó el lunes, con edificios residenciales y mercados abiertos bombardeados en la ciudad, según el grupo. RSF no ha hecho comentarios públicos sobre los ataques.
El-Fasher es la última gran ciudad de la región que aún está bajo el control del ejército sudanés, que lucha contra las RSF desde que Sudán entró en una guerra civil hace dos años.
Las RSF llevan un año intentando apoderarse de la ciudad para completar su control de toda la región de Darfur.
La violencia del domingo se produjo menos de una semana después de un ataque de varios días por parte de las RSF y sus milicias aliadas en el-Fasher y los cercanos campos de desplazados de Zamzam y Abu Shouk, que mató a más de 400 personas, según la oficina humanitaria de la ONU.
Esa ofensiva obligó a unas 400.000 personas a huir de Zamzam, el mayor campamento de ese tipo en Sudán, que ahora está bajo el control de RSF y es inaccesible para los trabajadores humanitarios, dijo la ONU.
Las RSF han sufrido múltiples reveses en el campo de batalla, perdiendo la capital, Jartum, y otras ciudades en los últimos meses, pero desde entonces se han reagrupado en su bastión en Darfur.
Se anunció un gobierno rival
El comandante de RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti, dijo la semana pasada que el grupo estaba formando un gobierno rival que gobernará partes del país bajo su control.
Esto plantea la preocupación de que Sudán se encamine hacia una partición o a un conflicto prolongado como el de la vecina Libia, donde dos administraciones rivales han estado luchando por el poder durante más de una década.
El anuncio de Dagalo, que se produjo en el segundo aniversario de la guerra civil de Sudán, fue rápidamente condenado por la ONU.
La formación de un gobierno paralelo no acercaría a Sudán a la resolución del conflicto», declaró el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric. Muchos países, incluido Estados Unidos, han rechazado previamente los esfuerzos de las Fuerzas de Seguridad Revolucionarias (RSF) para establecer una administración en las zonas que controlan.
Sudán se sumió en el caos el 15 de abril de 2023 cuando las tensiones latentes entre el ejército y las RSF estallaron en una guerra abierta en todo el país.
Desde entonces, al menos 24.000 personas han muerto y unos 13 millones han tenido que abandonar sus hogares, incluidos cuatro millones que han cruzado a países vecinos
Los combates se han caracterizado por atrocidades, incluidas violaciones masivas y asesinatos por motivos étnicos que constituyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, especialmente en Darfur, según la ONU y grupos internacionales de derechos humanos.
Los respectivos líderes del ejército y de las RSF han sido sancionados por Estados Unidos por los abusos. Washington también ha acusado a las RSF de genocidio.
Tanto los militares como las RSF han negado rotundamente las acusaciones.