Uno de cada 31 niños recibe hoy en Estados Unidos un diagnóstico de trastorno del espectro autista antes de cumplir ocho años, según revelan datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El hallazgo, basado en un análisis de historiales médicos de 2022, refleja un drástico aumento del autismo en las últimas dos décadas, indicó el informe de los CDC que comparativamente advirtió que en 2016 eran diagnosticados con esta patología uno de cada 54 menores de ocho años. En el año 2000, la cifra era de uno de cada 150.
“Lo más sorprendente de esto es la increíble frecuencia con la que se presentan las manifestaciones del autismo”, afirmó Zachary Warren, autor del nuevo informe, citado por NBC News.
Tales aumentos se atribuyen en gran medida a las mejoras en la detección de este trastorno del desarrollo, explicó Warren, también director ejecutivo del Instituto de Tratamiento e Investigación de Trastornos del Espectro Autista (TRIAD) del Centro Vanderbilt Kennedy en Nashville, Tennessee.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., afirmó en un comunicado divulgado el martes que “la epidemia de autismo ha alcanzado una escala sin precedentes en la historia de la humanidad”.
Los datos se recopilaron en 16 centros de 14 estados, entre ellos Arizona, California, Nueva Jersey, Tennessee y Texas. También en Puerto Rico.
A su vez los diagnósticos fueron más comunes entre los niños negros e hispanos en comparación con los blancos, lo que probablemente refleja una mayor concienciación.
Pese a las investigaciones comprobadas que demuestran lo contrario, Kennedy ha sugerido reiteradamente que las vacunas, en particular las que protegen contra el sarampión, las paperas y la rubeola, están relacionadas con el autismo.
Recordó NBC News que este nexo fue ampliamente desacreditado, pero sigue contribuyendo a la disminución de la vacunación en Estados Unidos, incluso en medio de un creciente y persistente brote de sarampión en el país que causó la muerte de al menos dos niños en Texas.