Uno de los objetivos que se ha marcado Donald Trump en materia internacional en este convulso comienzo de su segundo mandato es hacerse con el control de Groenlandia, de gran interés estratégico.
Pero las cosas no son tan fáciles como podía pensar Trump al principio, por lo que está intentando desarrollar estrategias para hacerse con la enorme isla, tal y como recoge el diario The New York Times.
La administración Trump también está estudiando incentivos financieros para los habitantes, incluida la posibilidad de reemplazar los 600 millones de dólares (528 millones de euros) en subsidios que Dinamarca otorga a la isla con un pago anual de unos 10.000 dólares (8.800 euros) por cada groenlandés (casi 57.000 habitantes).
Los asesores de Trump creen que ese dinero podría compensarse con nuevos ingresos provenientes de la extracción de los recursos naturales de Groenlandia, que incluyen minerales de tierras raras, cobre, oro, uranio y petróleo.
La Casa Blanca argumenta que Estados Unidos tiene una capacidad para acceder a la riqueza mineral de la isla que Dinamarca no posee. “Se trata de minerales críticos”, declaró a Fox News en enero el asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Waltz. “Se trata de recursos naturales”, dijo.
“Necesitamos Groenlandia para la seguridad nacional e incluso para la seguridad internacional, y estamos trabajando con todos los involucrados para intentar conseguirla”, dijo Trump en un discurso ante el Congreso el mes pasado. “De una forma u otra, lo conseguiremos”, añadió Trump. Aunque tenga que rascarse el bolsillo.