El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció una iniciativa federal a gran escala destinada a identificar los factores detrás de lo que llamó la “epidemia de autismo”, cuyos resultados se esperan para septiembre de 2025.
Hablando durante una reunión televisada del gabinete con el presidente Donald Trump el jueves, Kennedy, quien anteriormente ha sido acusado por críticos de promover teorías conspirativas sobre las vacunas, dijo que el nuevo esfuerzo de investigación involucraría a “cientos de científicos de todo el mundo”.
“Para septiembre, sabremos qué ha causado la epidemia de autismo. Y podremos eliminar esas exposiciones”, prometió Kennedy. Enfatizó la urgencia del proyecto, citando el marcado aumento en los diagnósticos de autismo infantil en las últimas décadas, que pasó de “uno por cada 10,000 cuando era niño”.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman actualmente que 1 de cada 36 niños en los EE. UU. son diagnosticados con trastorno del espectro autista, un aumento a menudo atribuido a una mejor conciencia y a criterios de diagnóstico ampliados.
“Es una estadística horrible, ¿verdad? Debe haber algo artificial que esté causando esto”, le dijo Trump a Kennedy.
“Si puedes encontrar esa respuesta, donde dejas de tomar algo, dejas de comer algo, o tal vez es una inyección, pero algo lo está causando”, agregó Trump.
Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) ya invierten más de 300 millones de dólares anuales en la investigación del autismo, centrándose principalmente en factores genéticos e influencias ambientales prenatales. Kennedy no dio más detalles sobre el alcance del “esfuerzo masivo de pruebas e investigación” que se está implementando ni sobre las exposiciones específicas que se podrían abordar.
Kennedy, fundador del grupo antivacunas Children’s Health Defense, ha ganado prominencia en Estados Unidos por cuestionar la seguridad y eficacia de las vacunas infantiles y promover la afirmación de que están vinculadas con el autismo, una teoría ampliamente rechazada por la comunidad científica.
También fue un crítico abierto de las medidas de respuesta al Covid-19 de la Organización Mundial de la Salud, incluidos los confinamientos y el rápido despliegue de vacunas experimentales.
A pesar de su controvertida reputación, Kennedy niega oponerse a la inmunización, señalando que sus propios hijos han sido vacunados. Durante sus audiencias de confirmación, declaró que aboga por pruebas de seguridad más estrictas y estudios más rigurosos.
Después de que Kennedy respaldara la campaña de Trump el año pasado, el presidente prometió darle amplia autoridad sobre la política de salud y dijo que dejaría que Kennedy “se descontrolara”.