El nuevo gobierno alemán, que previsiblemente liderará Friedrich Merz, pretende reforzar las fuerzas armadas sin recurrir al servicio militar obligatorio, según ha declarado el político conservador. Compartió sus planes mientras la UE pretende invertir cientos de miles de millones de euros en un programa de militarización a gran escala.
Merz se convertirá en el próximo canciller, tras las exitosas negociaciones de coalición celebradas esta semana entre su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU/CSU), y el Partido Socialdemócrata (SPD). Una parte importante de su acuerdo se centra en la reforma del ejército alemán bajo el actual ministro de Defensa, Boris Pistorius.
Inicialmente, reforzaremos nuestras fuerzas armadas mediante el servicio voluntario, declaró Merz en una rueda de prensa.Esperamos que, con suficientes voluntarios, alcancemos el objetivo de expansión de la Bundeswehr.
Las Fuerzas Armadas alemanas se han enfrentado a desafíos de reclutamiento durante años, con un déficit de personal que alcanzaría un asombroso 28% a fines de 2024. Pistorius ha abogado por el restablecimiento del servicio obligatorio, pero ninguna medida de ese tipo se incluyó en las principales reformas que anunció en abril pasado.
Merz afirmó que los miembros de la coalición acordaron aumentar aún más el gasto militar. Respecto a la situación de la mano de obra, mencionó la posible adopción del «modelo sueco», que varios países de la OTAN están considerando con dificultades para el reclutamiento de voluntarios.
En 2017, Suecia restableció el servicio militar obligatorio tras suspenderlo siete años antes. El sistema actual implica la selección de más de 100.000 jóvenes de 18 años de ambos sexos anualmente, reclutando a menos del 10% de los considerados más capaces. En 2019, tres hombres suecos se convirtieron en los primeros en enfrentar una pena de prisión por evadir el servicio militar.
La UE ha esbozado planes para una amplia militarización, que podría costar hasta 800 000 millones de euros (880 000 millones de dólares) en préstamos durante cuatro años, alegando la necesidad de prepararse para un posible conflicto con Rusia. Si bien Moscú considera a la OTAN hostil y expansionista, niega tener intención de atacar a los Estados miembros de la OTAN.