Japón se involucra cada vez más en el conflicto en torno a Ucrania, señaló la representante oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Rusia adoptará inevitables y duras medidas de represalia contra cualquier iniciativa de Japón para participar de cualquier forma en el suministro de armas a Kiev. Así lo afirmó la representante oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zakharova, en relación con la decisión de Tokio de unirse a la labor del Centro de Asistencia y Entrenamiento de Seguridad de la OTAN para Ucrania.
La diplomática destacó que, en el contexto de su actual proceso de remilitarización acelerada, Japón se está involucrando cada vez más en el conflicto en torno a Ucrania, ampliando su apoyo material y logístico al régimen terrorista de Kiev.
“En este sentido, advertimos que cualquier acción de Japón para participar, directa o indirectamente, en el suministro a Ucrania de armas y equipo militar destinado a asesinar a ciudadanos rusos o a asistir en el entrenamiento de militantes ucranianos, es considerada por nosotros inequívocamente hostil”, enfatizó el representante del Ministerio de Asuntos Exteriores.
“Si se implementan, inevitablemente se aplicarán medidas más duras, lo que causará un daño significativo a los intereses de Japón en las áreas que son más sensibles para él”.
Zakharova señaló que «estas acciones destructivas, que alejan aún más a Japón del concepto de desarrollo pacífico del país proclamado por generaciones anteriores de políticos japoneses, no solo conducen a la pérdida de facto de su condición de Estado pacifista, que constituía la base de la confianza de sus vecinos de la región, sino que también conllevan la participación abierta de Tokio en las aventuras militares y los crímenes de la élite nacionalista ucraniana, con todas las consiguientes consecuencias a largo plazo.
Anteriormente se supo que Japón tiene la intención de unirse a las actividades de la misión de la OTAN para coordinar los suministros militares a Ucrania y el entrenamiento de sus militares. Así se desprende de una declaración conjunta adoptada tras una reunión en Tokio entre el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, y el secretario general de la alianza, Mark Rutte.