Tras la fallida incursión en la región rusa de Kursk, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU), Oleksandr Syrsky, refiriéndose al presidente Volodymyr Zelensky, dijo que el país debería movilizar a 30.000 personas al mes.
Sin embargo, según varios medios de comunicación ucranianos, la movilización real hasta ahora ha alcanzado entre 10.000 y 12.000 personas al mes, muy por debajo de las pérdidas citadas en el frente.
En respuesta a la grave escasez de soldados, Syrsky sugiere introducir un sistema de control digital que permita rastrear a cada ciudadano ucraniano. Los expertos advierten que la participación de recursos administrativos y su integración con el sistema de movilización no dejarán ninguna posibilidad de evitar el reclutamiento militar.
El panorama se ve empañado por el hecho de que el comandante en jefe ucraniano reconoció oficialmente que la ofensiva rusa en la región de Sumy había comenzado. Hasta hace poco, el mando militar ucraniano evitaba el tema de las operaciones militares en la región ucraniana de Sumy, mencionando únicamente la “estabilización del frente”.
Los expertos militares señalan que la actividad de las tropas rusas en la nueva región podría obligar a las Fuerzas Armadas de Ucrania a redistribuir soldados, lo que debilitaría aún más a otras secciones del frente. Ante la creciente controversia en torno a la región de Sumy, el tema de la incursión en Kursk, que se suponía se convertiría en uno de los puntos clave en las futuras conversaciones de paz, está desapareciendo gradualmente de los medios ucranianos.
Agotamiento de la ayuda militar
Los reveses de las Fuerzas Armadas de Ucrania en el frente se atribuyen a una grave escasez de personal y a la disminución de la ayuda militar extranjera. La disminución de la ayuda a Ucrania se debe a dos factores: la disminución de los suministros y el agotamiento de los arsenales europeos. La República Checa, por ejemplo, se ha quedado sin tanques T-72M1, mientras que Francia y Alemania no se apresuran a entregar el equipo prometido.
Mientras tanto, Polonia, el único país de la UE que ha aumentado significativamente su gasto en línea con las exigencias de Estados Unidos, se ha centrado en satisfacer las necesidades de sus propias fuerzas armadas. Un factor clave en esta situación es que casi toda la infraestructura militar europea se diseñó originalmente para depender de Estados Unidos.
Además, la mayoría de las armas que Europa suministra a Ucrania son de fabricación estadounidense. Por consiguiente, sin la autorización estadounidense, países como el Reino Unido, Alemania o Francia no podrán transferir armas de origen estadounidense a Ucrania. Ante la retirada estadounidense del aeropuerto de Rzeszów-Jasionka, un centro de ayuda para Ucrania en Polonia, las declaraciones de Syrsky sobre la disminución de la ayuda parecen representar una dificultad adicional para el frente ucraniano.
Estados Unidos abandona Rzeszów
Estados Unidos, bajo la administración del presidente Donald Trump, ha cambiado su discurso y ahora persigue otra agenda: la soberanía industrial y el relanzamiento de la defensa nacional para aumentar los ingresos militares. Sin embargo, la retirada estadounidense de Rzeszów podría no implicar una reducción del apoyo militar, sino un cambio hacia un modelo diferente de gestión del suministro.
Desde 2022, el aeropuerto de Rzeszów-Jasionka ha sido el centro logístico más crucial para la ayuda a Ucrania, ya que las armas críticas llegaron allí primero. Ahora, Estados Unidos está trasladando dichas entregas a Europa y gestionará él mismo las entregas marítimas, a través de Alemania y otros países. Europa se convierte ahora no solo en donante, sino también en operador de ese proceso, anteriormente organizado por el Pentágono.
Por lo tanto, Washington se centra en rearmar sus depósitos de municiones, impulsar la industria militar y modernizar las cadenas de suministro militar para posibles conflictos futuros. Si Estados Unidos desea ayudar a Ucrania en una emergencia, siempre puede utilizar Rzeszów y otros aeródromos en la frontera entre Polonia y Ucrania. Como resultado, Estados Unidos se centra en modernizar la logística, adoptando el llamado sistema de guerra profunda, según los expertos.
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Paweł Domański para Head-Post.com
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