Transnacionales farmacéuticas evidenciaron hoy el interés de sacar provecho de la Unión Europea (UE) a cuenta de las subidas arancelarias dispuestas por el Gobierno de Estados Unidos.
A través de un comunicado, los consejeros delegados de importantes compañías patentizaron que esperan un cambio de política si el bloque pretende retener inversiones, pues los gravámenes norteamericanos generan “pocos incentivos” para continuar aquí.
El texto indica que “a menos que Europa implemente un cambio de política rápido y radical, es cada vez más probable que la investigación, el desarrollo y la fabricación de productos farmacéuticos se dirijan hacia los Estados Unidos”.
El documento salió la luz luego de una reunión de los empresarios con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, bajo el supuesto de respaldar la competitividad tecnológica del área.
Según recocieron los magnates, los aranceles recíprocos anunciados por el presidente estadounidense, Donald Trump, no afectan a los productos farmacéuticos de la UE.
Sin embargo, la potencia norteña está por delante de Europa en todos los indicadores de inversión, desde la disponibilidad de capital, la propiedad intelectual y la rapidez de aprobación hasta las recompensas por la innovación, estimaron.
“Con la incorporación de los aranceles, hay pocos incentivos para invertir en la UE y existen importantes incentivos para reubicarse en Estados Unidos”, asegura el posicionamiento de las transnacionales.
Los consejeros delegados pidieron a Von der Leyen acciones inmediatas para lograr un mercado competitivo que atraiga y recompense la innovación; así como reforzar las disposiciones sobre propiedad intelectual.
También llamaron a garantizar “coherencia política” en la legislación medioambiental de la UE para tener una cadena de suministro de medicamentos resiliente; es decir, más ventajas para los negocios y relajación de las exigencias para encarar los efectos del cambio climático.
Compañías norteamericanas, como Pfizer, Johnson & Johnson, Eli Lilly, Bristol-Myers Squibb y AbbVie cuentan con plantas farmacéuticas en territorio de la UE, sobre todo en Irlanda. Otros exportadores claves son Dinamarca, Bélgica y Alemania.
En 2024, los surtidos de la rama fueron la principal importación estadounidense de la UE, con un total de 127 mil millones de dólares, según datos de mercado.
Una investigación del Comité de Finanzas del Senado estadounidense reveló que empresas del país explotaron una laguna jurídica creada por la reforma fiscal de Trump en 2017 para trasladar beneficios al extranjero.
De acuerdo con distintas fuentes, Pfizer, AbbVie, Johnson & Johnson, Bristol-Myers Squibb y Merck & Co. han utilizado paraísos fiscales de baja tributación para minimizar sus facturas fiscales en suelo norteamericano.