El presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, dijeron que habían tenido una conversación telefónica prometedora mientras intentan aliviar las tensiones diplomáticas entre sus dos países.
“Los dos presidentes mantuvieron un intercambio largo, franco y amistoso sobre el estado de las relaciones bilaterales y las tensiones acumuladas en los últimos meses”, se lee en un comunicado conjunto emitido tras la llamada el lunes por la noche.
Argelia se ha negado a readmitir a ciudadanos a quienes las autoridades francesas han ordenado abandonar el país debido a sus actividades delictivas o a que consideran una amenaza al orden público.
La crisis diplomática se ha visto agravada por el encarcelamiento del escritor disidente franco-argelino Boualem Sansal, quien la semana pasada fue sentenciado a cinco años de prisión y multado por supuestamente socavar la integridad territorial de Argelia.
En su comunicado del lunes, Macron reiteró “su confianza en la visión de futuro del presidente Tebboune” y pidió “un gesto de clemencia y humanidad hacia el señor Boualem Sansal, teniendo en cuenta la edad y el estado de salud del escritor”.
Punto de ruptura
Aunque la disputa diplomática se ha intensificado este año, comenzó en serio el pasado julio, cuando Francia respaldó la antigua reivindicación de Marruecos sobre el disputado territorio del Sáhara Occidental.
La decisión fue recibida con indignación por el gobierno argelino, que apoya la reivindicación de autodeterminación del pueblo saharaui local. Argel procedió a retirar a su embajador en París.
Cuando Argel se negó el mes pasado a readmitir a unos 60 de sus nacionales a quienes se les había ordenado abandonar Francia, el ministro del Interior, Bruno Rétailleau, acusó a Argelia de “violar el derecho internacional”.
Los ministros franceses han comenzado a cuestionar algunos de los tratados políticos emblemáticos que Francia ha firmado con su antigua colonia. En febrero, el primer ministro François Bayrou instó a su gobierno a reexaminar un pacto migratorio de 1968 que históricamente ha facilitado el asentamiento de argelinos en Francia.
Tras su reelección en septiembre, Tebboune anunció que no viajaría a Francia, después de haber pospuesto repetidamente una visita de Estado prevista inicialmente para mayo pasado.
Desde que llegó al poder, ha reprimido la libertad de expresión en Argelia, encarcelando a periodistas y activistas pro democracia.