El líder talibán, Hibatullah Akhundzada, declaró el domingo que las leyes occidentales son irrelevantes en Afganistán y que la democracia está muerta bajo la aplicación de la ley sharia.
Sus comentarios fueron pronunciados en un mensaje de audio de 50 minutos con motivo del Eid al-Fitr, desde la mezquita Eidgah en Kandahar.
No necesitamos leyes que provengan de Occidente. Crearemos nuestras propias leyes dijo Akhundzada.
En una grabación pública compartida por el portavoz principal del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, el día X, destacó que la ley islámica era suficiente en el país.
El domingo, Akhundzada condenó a Occidente, afirmando que las naciones no musulmanas, incluido Estados Unidos, estaban unidas en su hostilidad hacia el islam. Citó como ejemplo la actual guerra entre Israel y Hamás.
La democracia ha terminado en Afganistán y la ley sharia está en vigor, dijo, afirmando que los partidarios de la democracia están intentando abrir una brecha entre el pueblo y el gobierno talibán.
La influencia de Akhundzada ha crecido significativamente desde el regreso de los talibanes al poder en 2021. A pesar de las promesas anteriores de algunos funcionarios de un enfoque más moderado, su gobierno se ha caracterizado por una interpretación cada vez más dura de la ley islámica.
Desde su regreso, los talibanes han impuesto restricciones drásticas a las mujeres y las niñas, prohibiéndoles el acceso a la educación secundaria y superior, a la mayoría de los empleos y a los espacios públicos.
Estas medidas han aislado aún más al régimen a nivel internacional, aunque mantiene relaciones diplomáticas con países como China y Emiratos Árabes Unidos.
Si bien los talibanes no enfrentan una oposición viable dentro ni fuera de Afganistán, han surgido divisiones internas. Algunos altos cargos de la administración han expresado su frustración por la toma de decisiones centralizada en el círculo de Akhundzada.
Algunos funcionarios talibanes han presionado para lograr un mayor compromiso internacional y abandonar políticas más duras para atraer más apoyo externo.
En los últimos meses, ha habido un mayor compromiso entre los talibanes y Estados Unidos bajo el mandato del presidente Donald Trump, centrado en los intercambios y liberaciones de prisioneros.