El Gobierno contempla varias vías para poder cumplir cuanto antes con su compromiso de llegar al 2% del PIB en gasto militar antes de 2029. Una es utilizar el fondo de contingencia, una partida a la que el Ejecutivo puede recurrir en situaciones excepcionales, como fue la de la DANA, si bien fuentes gubernamentales reconocen que esto no sería suficiente.
Por ello, está también sobre la mesa la opción de utilizar las partidas no ejecutadas de algunos ministerios moviendo esos excedentes al departamento de Defensa, lo que no requiere del visto bueno de las Cortes. Pero como tampoco esto podría bastar, Moncloa prevé autorizar nuevos créditos, lo que sí tendría que pasar por el Congreso de los Diputados.
En Moncloa todavía estudian las fórmulas para poder elevar el gasto militar y continúan apelando a que aún no hay una posición europea fijada.
El presidente Pedro Sánchez marcó hace unas semanas una fecha clave: finales de junio, cuando se celebra la cumbre de la OTAN y los líderes europeos tendrán que concretar sus planes. También allí se fijarán horizontes de gasto, no obstante, fuentes gubernamentales descartan que el Ejecutivo pueda alcanzar este año y el que viene el 3% del gasto que ahora se baraja en la UE o el 5% que plantea el presidente estadounidense, Donald Trump.
El objetivo es alcanzar el 2% tan pronto como sea posible, que podría suponer la inversión aproximada 11.000 millones de euros en seguridad y defensa.
Para ello no basta el fondo de contingencia que en las cuentas de 2023 -ahora prorrogadas- estaba dotado de 4.000 millones de euros. Se trata de una cuantía que “no tira”, reconocen desde el Ejecutivo, que además ve complicado justificar la utilización de la misma para elevar el gasto militar.
En todo caso, esta vía no tendría que pasar por el Congreso, por lo que no requeriría de negociación parlamentaria en un hemiciclo que, actualmente, no está alineado con la estrategia de Moncloa.
Tampoco haría falta su visto bueno para realizar una reforma presupuestaria que les permitiese utilizar el excedente de partidas que no se hayan ejecutado al completo. Además, fuentes gubernamentales sostienen que el grado de ejecución actual es “más bajo” que el presupuestado en 2023. Y es que a raíz de la pandemia de coronavirus se incluyó una disposición en las cuentas del Estado del año 2021 que permitía al Ministerio de Hacienda mover fondos de una rúbrica a otra sin requerir el visto bueno del Congreso de los Diputados, pero siempre que no se superase el techo de gasto.
Es decir, es posible mover el excedente o los fondos que no se están empleando en un ministerio a otro que va a requerir de un gasto mayor. En caso de que el Ejecutivo no cuente con excedentes de los que tirar para elevar el gasto (en este caso, en defensa) sí que tendría que aprobar ampliaciones de crédito para poder asumir ese aumento y llevarlas a la Cámara Baja, donde los grupos tendrían que darle su visto bueno en el Pleno.
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, recordó en su entrevista a 20minutos que el año pasado, cuando el Gobierno estuvo operando con el presupuesto prorrogado de 2023, ya se aprobaron operaciones en las que se pasaban partidas presupuestarias de unos ministerios a otros que requerían de un gasto mayor.
Estos movimientos son ajustes de ingeniería presupuestaria. “Este este tipo de operaciones son frecuentes y ya llevamos en los últimos diez años muchas situaciones de prórroga presupuestaria, donde esto se ha utilizado y nos permite seguir cumpliendo con todos los compromisos”, explicaba Cuerpo.
Por otro lado, está la medida de Bruselas de activar la cláusula de escape de las reglas fiscales para subir la financiación militar. En concreto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso activar esta cláusula para suspender las normas de gobernanza económica estatales y así los distintos gobiernos europeos puedan aumentar su gasto en defensa sin que esto les penalice en términos de déficit y deuda
En este sentido, fuentes gubernamentales precisan que esta vía sí requiere el visto bueno del Congreso porque habría que autorizar crédito y generarlo con un fin concreto. “Habrá que ir al Congreso a pedir la partida”, reconocen, conscientes de que este procedimiento precisa del apoyo de los grupos de izquierda, que en su mayoría no apoyan aumentar el gasto militar.