Sunday, March 23, 2025
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Taiwán adopta un tono “más asertivo” contra China sin cambiar el statu quo del Estrecho

La definición de China como una “fuerza externa hostil” por parte del presidente taiwanés, William Lai, refleja la postura más “asertiva” del mandatario a la hora de lidiar con Pekín, pero no supone un cambio en el statu quo del Estrecho de Taiwán, según expertos.

Lai, tachado de “independentista” y “alborotador” por el Gobierno chino, hizo estas declaraciones el pasado 13 de marzo durante un discurso en el que también anunció un conjunto de iniciativas para frenar las operaciones de “infiltración” de China contra la isla, a lo que Pekín respondió con una nueva oleada de maniobras militares.

En opinión de Wen-Ti Sung, investigador no residente del Global China Hub del Atlantic Council, el gobernante isleño ha puesto un “énfasis adicional” en la “construcción de la identidad taiwanesa”, algo que se refleja en el hecho de que utilice la palabra “China” y no “República Popular China” al referirse a Pekín.

“Lai deja menos espacio para la ambigüedad en la distinción entre China y Taiwán, en comparación con su predecesora Tsai Ing-wen (2016-2024). Por ello, que Lai describa a China como una ‘fuerza externa hostil’ no representa un cambio en el statu quo, aunque sí implica un tono más asertivo”, asegura el experto

¿A qué se debe este endurecimiento del discurso?

Desde la llegada al poder del Partido Democrático Progresista (PDP) en 2016, China ha redoblado su campaña de presión diplomática y militar contra Taiwán, organizando ejercicios militares en los alrededores de la isla con cada vez más frecuencia y forzando la pérdida de aliados diplomáticos de Taipéi en favor de Pekín.

En este contexto, Lai pronunció la semana pasada uno de sus discursos más duros contra China como presidente, anunciado 17 medidas, entre ellas la reinstauración de los tribunales militares y la revisión estricta de las visitas de ciudadanos chinos a Taiwán, para contrarrestar la campaña de “infiltración” del Partido Comunista chino (PCCh) en territorio taiwanés.

Para Michael Cunningham, investigador asociado en el Centro de Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage, un laboratorio de ideas con sede en Washington, el discurso de Lai “fue un intento de alinear las políticas taiwanesas con la naturaleza de estas amenazas, algo que ya iba haciendo falta desde hace tiempo”.

“Si la retórica de Lai parece más contundente, yo diría que refleja la presión constante y creciente que ejerce la República Popular China sobre Taiwán”, afirma, por su parte, John Dotson, subdirector del Global Taiwan Institute.

¿Supone esto un cambio respecto a su predecesora?

Durante ese mismo discurso, Lai catalogó por primera vez a China como una “fuerza externa hostil”, lo que fue interpretado por muchos analistas como un cambio en las políticas defendidas por su antecesora y como un intento de modificar el estatus jurídico de Taiwán, una isla que, si bien no ha declarado formalmente su independencia, se gobierna de forma autónoma desde 1949 bajo el nombre de la República de China.

Con todo, los expertos coinciden en señalar que esta definición no implica cambio alguno en el statu quo del Estrecho. De hecho, Cunnigham recalca que Lai “eligió cuidadosamente sus palabras”, empleando un término que debería traducirse como “fuera del territorio” y no como “extranjero” y que es el mismo que aparece en la legislación china para referirse a asuntos relacionados con Taiwán, Hong Kong y Macao.

“Lai nunca llamó a China un país extranjero (…). Lo que sin duda preocupa más a China es que Lai siga utilizando la frase de ‘la República de China y la República Popular China no están subordinadas entre sí’. Esa fue la parte de su discurso inaugural que más enfadó a Pekín”, constata el analista para reconocer que, en cualquier caso, sus palabras “van bastante más lejos” que las de Tsai Ing-wen.

“Tsai fue muy moderada y cuidadosa para no provocar a Pekín. Si China hubiese aceptado sus gestos de conciliación, la situación probablemente sería distinta ahora”, apunta Cunningham.

¿Cómo fue la respuesta de Pekín?

Cuatro días después de este discurso, China respondió con maniobras de “castigo” a las “fuerzas separatistas” de Taiwán, enviando más de medio centenar de aeronaves militares a sobrevolar los alrededores de la isla; una reacción que, según los expertos, constituye una “práctica común” y no representó una escalada significativa de las tensiones en la región.

“Pekín ha invocado de forma constante las acciones de los líderes taiwaneses como justificación para el aumento de sus operaciones militares, como si se viera forzada a ello (…). Culpar al Gobierno taiwanés por el incremento de las tensiones es un componente habitual de la guerra propagandística y política del PCCh”, sentencia Dotson.

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