El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha ofrecido al nuevo líder de Siria, Ahmed al Shara, una “cooperación práctica” en “todos los asuntos de la agenda bilateral”, después de que el jefe del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) fuera nombrado presidente de transición a raíz del derrocamiento en diciembre del régimen de Bashar al Assad.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha confirmado que Putin “envió un mensaje” a Al Shara en el que “confirmó la disposición de Rusia para desarrollar una cooperación práctica con la cúpula siria sobre todos los asuntos de la agenda bilateral para fortalecer la tradicional amistad en las relaciones ruso-sirias”.
Asimismo, ha hecho hincapié en que el mandatario ruso “apoyó” en su misiva al mandatario de transición sirio “los esfuerzos para estabilizar rápidamente la situación, de cara a garantizar su soberanía, independencia, unidad e integridad territorial”, según ha informado la agencia rusa de noticias Interfax.
Rusia ha expresado en varias ocasiones su disposición a mantener las conversaciones con la nueva administración de Siria en relación con varios asuntos, entre ellos el futuro de las bases militares rusas existentes en el país,la base aérea de Hmeimim y la base naval de Tartús, de importancia estratégica para sus intereses y hasta ahora protegidas bajo el régimen de Al Assad, aliado de Moscú.
La base de Tartús ha servido a Moscú para proyectar su poder en el Mediterráneo y también es una pieza clave en sus esfuerzos logísticos, de suministro y las rotaciones del Africa Corps,heredero de los mercenarios del Grupo Wagner que dependen ahora del Ministerio de Defensa, por lo que su pérdida debilitaría a su vez sus operaciones tanto en Libia como en África subsahariana, con el Sahel como principal área de actuación.