El presidente de Eslovaquia ha jurado a un nuevo ministro de Inversiones y Desarrollo Regional, completando una reorganización que mantiene una mayoría parlamentaria para el gobierno.
El nombramiento de Samuel Migaľ fue el resultado de un acuerdo alcanzado por los tres partidos de la coalición gobernante para aumentar el poder del partido Smer (Dirección) del primer ministro Robert Fico.
Según el acuerdo, los dos socios menores de la coalición el partido Hlas (Voz) y el ultranacionalista y prorruso Partido Nacional Eslovaco cedieron el control de un ministerio cada uno a Smer.
Con la incorporación de los ministerios que supervisan las inversiones, el desarrollo regional y la información, y el turismo y los deportes, Smer ahora controla nueve ministerios, Hlas seis y el Partido Nacional Eslovaco dos.
El acuerdo se alcanzó para resolver una crisis reciente en la coalición que puso en riesgo su mayoría parlamentaria.
La coalición tenía 79 escaños en el parlamento de 150 escaños conocido como Consejo Nacional antes de que cuatro legisladores de Hlas, incluido Migaľ y otros tres, del Partido Nacional Eslovaco se separaran de sus facciones parlamentarias.
Los diputados no se han unido a la oposición, pero han exigido puestos en el gobierno, el parlamento y las instituciones estatales a cambio de su lealtad.
Esto ha dificultado que el gobierno avance con su agenda
Otro rebelde de Hlas, Radomír Šalitroš, será secretario de Estado en el ministerio de Migaľ.
Pellegrini ya había jurado como ministro de Turismo y Deportes a Rudolf Huliak, uno de los rebeldes del Partido Nacional Eslovaco.
Richard Raši, predecesor de Migaľ en el ministerio, ha dimitido y se espera que sea elegido presidente del parlamento. El puesto está vacante desde que el anterior presidente, Pellegrini, ganó las elecciones presidenciales del año pasado.
Robert Fico es una figura divisiva en la política eslovaca y muchos en el país se oponen a lo que consideran una postura prorrusa.
Cuando llegó al poder en 2023, recortó la ayuda financiera y militar a Ucrania y dijo que impediría que el país se uniera a la OTAN.
Estas medidas resultaron muy impopulares entre muchos ciudadanos eslovacos y desencadenaron una ola de protestas en todo el país.