La policía argentina se enfrentó a manifestantes frente al Congreso en Buenos Aires, utilizando cañones de agua, balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Los manifestantes, entre ellos jubilados, aficionados al fútbol y sindicatos, protestaron contra las bajas pensiones y el alto coste de la vida.
La represión coincidió con la visita sorpresa del presidente Javier Milei a Bahía Blanca, seis días después de las devastadoras inundaciones.
La Policía argentina ha detenido este miércoles a más de 120 manifestantes en el marco de unas violentas protestas en los alrededores del Congreso convocadas por los jubilados, que reclaman una mejora de las pensiones, a las que se han sumado sindicatos, colectivos izquierdistas e hinchas de fútbol.
El Ministerio de Seguridad Nacional ha explicado que las Fuerzas Federales han detenido a 21 hombres y cuatro mujeres, mientras que la Policía de Buenos Aires ha arrestado a 73 hombres y 26 mujeres. Además, ha cifrado en 26 los agentes heridos, uno de ellos por arma de fuego, y en 20 los manifestantes hospitalizados.
Entre los heridos se encuentra el fotoperiodista independiente Pablo Grillo, que está en estado grave tras recibir en su cabeza el impacto de una de las granadas de gas lacrimógeno que las fuerzas de seguridad han disparado contra los manifestantes.
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) ha “repudiado las agresiones” contra periodistas mientras cubrían los incidentes, tanto aquellos que han sido “agredidos por manifestantes” como la de aquellos que han “recibido un golpe” por parte de la Policía, incluido Grillo.