Algunos de los mayores financiadores de salud globales de Europa están recortando sus presupuestos de ayuda, lo que los grupos de salud temen que pueda significar una catástrofe para los países que dependen del dinero extranjero para combatir la malaria, el VIH, la tuberculosis y otras amenazas emergentes.
Los grupos de salud globales aún no saben exactamente qué programas están en peligro de ser recortados, pero dicen que los recientes recortes europeos son dolorosos, dado que Estados Unidos ha recortado su propia asistencia exterior en las seis semanas transcurridas desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo.
En el Reino Unido, por ejemplo, el Primer Ministro Sir Keir Starmer dijo la semana pasada que reduciría el presupuesto de ayuda exterior del 0,5 por ciento del ingreso nacional bruto (INB) al 0,3 por ciento en 2027 para apuntalar el gasto de defensa, lo que llevó al ministro de Desarrollo Internacional a dimitir en protesta.
Mientras tanto, el gobierno holandés presentó planes para recortar la ayuda para 2029, ya que prioriza los “intereses de los Países Bajos”.
Bélgica también ha recortado la financiación de la cooperación al desarrollo en un 25 por ciento
Francia ha recortado su presupuesto de ayuda en un 35% y va a revisar sus programas existentes. Y Suiza pondrá fin a sus iniciativas de desarrollo en Albania, Bangladesh y Zambia a finales de 2028.
Los recortes significan que los programas de salud globales, que recibieron alrededor del 10 por ciento de toda la ayuda extranjera en 2023, están compitiendo por un fondo cada vez más reducido a medida que los europeos centran su atención en la defensa y otras prioridades internas.
“La puerta se está cerrando para la ayuda en todos lados”, dijo a Euronews Health el Dr. Michael Adekunle Charles, director ejecutivo de RBM Partnership to End Malaria, una importante iniciativa contra la malaria.
Estados Unidos proporcionó aproximadamente la mitad del presupuesto del grupo antes de que se terminaran esas subvenciones, dijo Charles.
Una reciente subvención del Reino Unido por 5 millones de libras esterlinas (6 millones de euros) para combatir la enfermedad transmitida por mosquitos en Camerún, Nigeria, Tanzania y Uganda no parece estar en riesgo, dijo, pero no espera financiación adicional del Reino Unido, y otros países europeos no están haciendo nada para llenar el vacío.
Esto ya está obligando a tomar decisiones difíciles sobre si gastar dinero en mosquiteros tratados con insecticidas, que ayudan a prevenir las picaduras de mosquitos y las infecciones, o en el tratamiento de casos de pacientes con malaria, que pueden morir si pierden incluso un día de tratamiento.
“Hay muchas vidas en juego”, afirmó Charles, describiendo la situación como “bastante grave” en los países africanos donde la malaria es endémica.
El ‘efecto bola de nieve’ de los recortes en Estados Unidos y Europa
En 2022, Estados Unidos fue el mayor donante mundial en materia de salud (15.100 millones de euros), seguido de Alemania (4.200 millones de euros), Japón (3.100 millones de euros), el Reino Unido (2.000 millones de euros) y Francia (1.900 millones de euros), según un rastreador realizado por SEEK Development.
Los recientes recortes europeos no son exactamente los mismos que los de Estados Unidos, que fueron rápidos y brutales, eliminando decenas de miles de millones de dólares para el tratamiento del VIH, los esfuerzos de vacunación contra la polio, el empleo de trabajadores de la salud y más en los países de bajos ingresos.
Los gobiernos europeos están dando más tiempo para que se cierren sus proyectos y varios han dicho que no incumplirán los contratos vigentes. Mientras tanto, los recortes en países como Alemania y Suecia ya estaban en marcha.
Aun así, los nuevos recortes están causando preocupación entre los expertos en salud global en Bélgica, el Reino Unido y los Países Bajos, quienes esperaban que los europeos intensificaran sus medidas ante la retirada estadounidense, y se han sentido decepcionados.
“Algo que nunca hemos visto, creo, en la historia de la cooperación internacional, es un recorte tan masivo, no de un donante, sino de varios”, dijo a Euronews Health Jean Van Wetter, director de la agencia de desarrollo belga Enabel.
“Se produce una especie de efecto bola de nieve, que es muy negativo”.
Los Países Bajos, por ejemplo, suelen destinar una gran parte de su ayuda al desarrollo a cuestiones de salud sexual y reproductiva, y cuando Trump recortó esos programas en su primer mandato, el país encabezó una campaña de recaudación de fondos para llenar parte de esa brecha.
“Está un poco más abajo en la lista de prioridades, pero sigue estando ahí”, dijo van den Berg a Euronews Health, aunque otra campaña de recaudación de fondos “definitivamente no se llevará a cabo”.
Qué podrían suponer los recortes a la ayuda sanitaria europea
El Reino Unido está recortando su presupuesto de ayuda en el mismo margen que en 2021, lo que ofrece algunas pistas sobre dónde podrían recaer los recortes recientes.
Según un análisis del grupo paraguas con sede en el Reino Unido Action for Global Health, se eliminó dinero para capacitar a trabajadores de la salud en países como Nepal y Myanmar, las ambulancias que transportaban pacientes a hospitales en Sierra Leona se quedaron sin combustible y los proyectos bilaterales de agua potable y saneamiento perdieron el 80 por ciento de su financiación.
“Fue increíblemente difícil para esos programas y esos servicios de salud esenciales continuar cuando, esencialmente, se les cortó el suministro”, dijo Katie Husselby, directora del grupo
Describió la última ronda de recortes como “absolutamente devastadora” y un “doble golpe” dada la congelación de la financiación estadounidense.
El Reino Unido ya ha comprometido financiación a grupos multilaterales como el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, así como a iniciativas relacionadas con el cambio climático.
Estas promesas dejan poco o nada para las asociaciones directas en materia de salud entre el Reino Unido y otros países, según un análisis del Centro para el Desarrollo Global.
Sin embargo, Van Wetter, de Bélgica, advirtió que la magnitud de los recientes recortes podría paralizar las iniciativas sanitarias mundiales de maneras que serán difíciles de recuperar.
“Cuando se trabaja en un programa de fortalecimiento del sistema de salud a largo plazo, lleva tiempo construirlo y obtener resultados… así que si se detiene y luego se decide reinvertir más adelante, es difícil”, dijo Van Wetter.
Mientras tanto, añadió, “nos preocupa que el sistema pueda colapsar”.