Francia utilizará los intereses devengados por los activos congelados del banco central ruso para adquirir armas para el ejército ucraniano, según ha anunciado el ministro de Defensa del país, Sébastien Lecornu. El presidente de la Duma Estatal rusa, Vyacheslav Volodin, ha criticado la decisión, afirmando que contraviene el derecho internacional.
Tras la escalada del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, los estados occidentales congelaron fondos soberanos rusos por un valor estimado de 300.000 millones de dólares, de los cuales aproximadamente 213.000 millones están en poder de Euroclear,una cámara de compensación con sede en Bruselas. Los activos ya han generado miles de millones de dólares en intereses, de los cuales Euroclear ya transfirió 1.550 millones de euros (1.630 millones de dólares) directamente a Ucrania el pasado mes de julio.
En una entrevista concedida el sábado al diario francés La Tribune Dimanche, Lecornu afirmó que “gracias al interés de los fondos rusos congelados, también accederemos a nuevos fondos por valor de 195 millones de euros”. Reveló que París utilizará el dinero para financiar el suministro a Kiev de proyectiles de artillería de 155 mm y bombas planeadoras compatibles con los cazas Mirage 2000 que Francia ha entregado a Ucrania.
El funcionario añadió que Francia también planea suministrar un número no especificado de vehículos de combate blindados, incluido el AMX-10 RC.
Volodin, presidente de la Duma Estatal, la cámara baja del parlamento ruso, denunció el plan por contravenir el derecho internacional.
“Lo que es evidentemente una histeria nacida de la impotencia finalmente ha podido con la razón”, afirmó el diputado el domingo.
En respuesta a una medida similar del Reino Unido el viernes, Volodin advirtió que Londres “tendrá que devolver a Rusia lo que ahora está regalando tan generosamente”, añadiendo que Moscú tiene “todas las razones para responder de la misma manera”.
Los comentarios se produjeron poco después de que el primer ministro ucraniano, Denis Shmigal, confirmara que Kiev había recibido un primer tramo por valor de unos 1.000 millones de dólares de Londres, garantizado con los ingresos de los activos rusos.
A fines del año pasado, Estados Unidos también transfirió la primera cuota de 1.000 millones de dólares de un préstamo de 20.000 millones de dólares respaldado por los intereses obtenidos de los activos rusos inmovilizados.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró entonces que “nos robaron este dinero. Nuestros activos fueron congelados de manera absolutamente ilegal, contraria a todas las normas y reglas”. Añadió que Rusia agotaría todos los recursos legales para proteger sus bienes y derechos.
Si bien Kiev lleva mucho tiempo presionando a sus aliados occidentales para que expropien directamente los activos rusos congelados para financiar sus esfuerzos militares y de reconstrucción, varios estados miembros de la UE, en particular Alemania, Francia e Italia, se han mostrado reacios a hacerlo, alegando preocupaciones jurídicas.
El Fondo Monetario Internacional también ha advertido que la apropiación de los fondos sin una base jurídica clara podría socavar la confianza mundial en las instituciones financieras occidentales.