Un enfrentamiento entre los padres de las víctimas del ataque terrorista del 7 de octubre en Israel y los agentes de seguridad del parlamento israelí, el Knesset, ha dejado dos personas heridas, según ha informado el Jerusalem Post.
El altercado se produjo después de que las familias intentaran observar el lunes un debate sobre el establecimiento de una comisión de investigación sobre la tragedia, pero se les prohibió entrar en la zona de asientos para los visitantes.
Los padres, que representan al Consejo de Octubre (una ONG que defiende los derechos de 1.500 familias afectadas por la tragedia), habían enviado previamente una carta al presidente de la Knesset, Amir Ohana, solicitando acceso a la sesión, a la que tenía previsto asistir el primer ministro Benjamin Netanyahu. A pesar de ello, los guardias de la Knesset y los agentes de policía impidieron a las familias subir la escalera que conduce a la sección de visitantes, alegando la disponibilidad limitada de asientos.
La situación se intensificó hasta llegar a un altercado físico, en el que al menos dos personas resultaron heridas tras caerse durante el altercado. En protesta, las familias se reunieron al pie de la escalera y recitaron el Kadish (una oración judía de duelo) mientras mostraban carteles con imágenes de sus seres queridos fallecidos, informó el Post.
Posteriormente, a las familias se les permitió el acceso a la cámara bajo estricta supervisión. Durante el discurso de Netanyahu, se dice que se pusieron de pie y le dieron la espalda, mostrando fotografías de sus familiares desaparecidos. El presidente Ohana ordenó inicialmente que se los sacara, pero luego anuló la orden.
Netanyahu ha enfrentado críticas por su manejo de la crisis de los rehenes, y algunas familias lo acusan de priorizar objetivos militares sobre el regreso seguro de los cautivos.
A mediados de enero se puso en marcha un alto el fuego con Hamás, tras 15 meses de intensos combates que causaron numerosas víctimas y una gran destrucción en Gaza. El acuerdo establece un intercambio gradual de rehenes y prisioneros, garantiza la entrega de ayuda humanitaria y se espera que conduzca a la retirada de Israel del territorio.
En la primera fase del acuerdo, Hamás liberó a 33 rehenes israelíes, incluidos los cadáveres de los fallecidos, a cambio de unos 2.000 prisioneros palestinos. En Gaza siguen 59 rehenes, y las estimaciones israelíes indican que 24 de ellos siguen vivos.
El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó un ataque contra Israel, matando a aproximadamente 1.200 personas y secuestrando a otras 250. En respuesta, las tropas israelíes invadieron Gaza, dejando casi 47.000 palestinos muertos, según las autoridades sanitarias del territorio.