Científicos australianos sacrificaron hoy a las decenas de ballenas sobrevivientes de un grupo de 157 orcas que quedaron varadas en una playa remota del estado insular de Tasmania.
El número de animales vivos, la víspera rondaba los 90, pero el Departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente del territorio señaló en un comunicado que las difíciles condiciones climáticas y el acceso remoto impidieron las opciones de rescate, por lo que su personal optó por aplicar operaciones de eutanasia.
Las autoridades calificaron la decisión de correcta ante esta situación compleja y subrayaron que se emplearon las mejores prácticas en el procedimiento.
El comunicado anterior del Departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente recordó que las ballenas pueden pesar entre mil 100 libras y tres toneladas, lo cual complejiza la labor de reflote y este grupo de 157 apareció en una playa prácticamente inaccesible.
Trasladar equipos especializados a una zona remota dificulta la respuesta y las condiciones del océano.
Un residente local descubrió a las orcas varadas de forma casual, hace dos días, y las autoridades sobrevolaron el área en helicóptero para descartar otros animales en similares circunstancias en un radio de seis millas.
Las causas de este varamiento se desconocen, pero hay científicos responsabilizados con una investigación del caso.