El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha pedido a la Unión Europea que confisque los activos del Banco Central de Rusia, que están congelados debido a las sanciones, para financiar el futuro apoyo financiero a Ucrania.
Hasta ahora, el bloque sólo ha utilizado los ingresos extraordinarios de los activos que posee en su territorio, estimados en 210.000 millones de euros, para prestar asistencia financiera y militar a la nación devastada por la guerra. Sin embargo, la opción de confiscar los activos sigue siendo una pendiente resbaladiza, porque el dinero se considera propiedad soberana de Rusia y, por lo tanto, está protegido por el derecho internacional.
“Basta de hablar, es hora de actuar”, escribió Donald Tusk en X el jueves. “Financie nuestra ayuda a Ucrania con los activos congelados de Rusia”.
La audaz idea de Tusk surge en medio de crecientes temores de que el presidente estadounidense, Donald Trump, quien actualmente está inmerso en una amarga disputa con Volodymyr Zelenskyy, pronto pueda cortar toda la asistencia a Kiev, dejándola vulnerable a la agresión de Rusia.
Trump sorprendió a sus aliados cuando culpó a Ucrania de la invasión y describió a Zelensky como un “dictador sin elecciones”, haciéndose eco de la propaganda del Kremlin.
Los comentarios han puesto en duda seriamente la capacidad o la voluntad de Trump de mediar entre las partes en conflicto y lograr un acuerdo que respete la independencia y la soberanía de Ucrania, una demanda no negociable para los europeos.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha instado a Europa a “proporcionar la mayor parte de la futura ayuda letal y no letal a Ucrania”. Hegseth también dijo que Estados Unidos ya no se centrará “principalmente” en el continente y cambiará sus prioridades al Pacífico.
Mientras Estados Unidos se aleja rápidamente de la alianza atlántica, la UE está considerando formas innovadoras de aumentar drásticamente su gasto de defensa y asumir la enorme responsabilidad del apoyo financiero, militar y humanitario que Kiev necesita.
Pero los presupuestos nacionales carecen de liquidez y el crecimiento económico está estancado, lo que deja pocas opciones para obtener nuevos ingresos. La confiscación de los 210.000 millones de euros de los activos congelados de Rusia podría, en teoría, llenar el vacío en el futuro previsible.
Sin embargo, para lograrlo se necesitaría unanimidad. Es poco probable que Hungría, un crítico abierto de las sanciones de la UE, esté de acuerdo. Alemania también ha expresado reservas sobre esta medida sin precedentes.
Mientras tanto, el Kremlin ha amenazado con tomar represalias contra la confiscación.
Pero Tusk quiere que la UE piense en grande
El bloque, dijo el jueves, también debería “fortalecer la vigilancia aérea, el puesto de vigilancia del Báltico y las fronteras de la UE con Rusia” y “adoptar rápidamente nuevas normas fiscales” para financiar sus necesidades de seguridad y defensa, que se ampliarán a medida que Estados Unidos se aleje.
“Esto tiene que suceder ahora”, enfatizó Tusk, después de enumerar sus tres opciones.
El año pasado se aprobó una reforma de gran alcance de las reglas fiscales de la UE, que fijan límites a la deuda y al déficit que cada estado miembro debe respetar. Durante las negociaciones, algunas capitales presionaron para que se estableciera una denominada “regla de oro” que eximiera automáticamente del cálculo los gastos de defensa. La idea fue finalmente rechazada.
Ahora, a medida que las demandas de inversión en capacidades militares crecen a nuevas alturas, un coro más amplio de voces exige acciones más contundentes.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, dijo la semana pasada que propondría activar la “cláusula de escape” para relajar la aplicación de las reglas fiscales e impulsar “sustancialmente” el gasto de defensa.
El bloque necesita invertir unos 500.000 millones de euros en su defensa en la próxima década para seguir apoyando a Ucrania, pero también para garantizar que pueda protegerse, por sí sola, en caso de necesidad contra cualquier agresión.
A principios de este mes, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, presentó otra idea ambiciosa: la creación de un banco de rearme .