Los líderes europeos, en el último día de la Conferencia de Seguridad de Munich el domingo, intentaron concretar cómo la Unión Europea puede pasar de las palabras a más acciones mientras Washington presiona para detener los combates en Ucrania.
A medida que se calmaba el polvo de la Conferencia de Seguridad de Munich, los líderes europeos quedaron sorprendidos por las recientes declaraciones de la administración Trump sobre la guerra en Ucrania y la defensa europea.
Tras una llamada telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, la semana pasada, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que él y Putin probablemente se reunirían pronto para negociar un acuerdo de paz sobre Ucrania. Trump luego le aseguró al presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, que también tendría un lugar en la mesa.
Los funcionarios estadounidenses han indicado que las naciones europeas, sin embargo, no participarán , lo que ha generado preocupación e incertidumbre en Munich. El enviado especial de Estados Unidos a Ucrania, Keith Kellogg, enfatizó que Europa no será incluida en las próximas conversaciones de paz entre Washington, Moscú y Kiev.
Los acontecimientos han suscitado temores en Europa de que la soberanía ucraniana esté en peligro y la seguridad europea se haya debilitado.
Los líderes europeos se disponen a celebrar el lunes en París una cumbre informal de emergencia sobre Ucrania con otros países europeos.
“El mensaje de Múnich es claro: Europa no es algo que se pueda tener con facilidad, sino algo que se debe tener”, afirmó Christoph Heusgen, jefe de Seguridad de Múnich. “El presidente Macron se está preparando para una reunión de líderes europeos, para una cumbre de emergencia en París”.
Estados Unidos anunció su intención de reunirse con funcionarios rusos en Arabia Saudita en los próximos días para iniciar conversaciones destinadas a poner fin a la guerra de Moscú.
Sin embargo, Zelenskyy dijo que Ucrania no fue invitada a estas conversaciones y que Kiev no se relacionaría con Rusia antes de discutirlo con sus socios estratégicos.
La conferencia de Munich, de tres días de duración, fue un centro de diplomacia interconectada sobre cuestiones de política, economía, defensa y seguridad, con enviados de alto nivel de lugares tan diversos como Siria y Arabia Saudita, y Japón y Corea del Sur, así como muchos líderes europeos.