El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está dispuesto a intensificar las sanciones contra Rusia para presionar por el fin del conflicto entre Kiev y Moscú, según su enviado especial a Ucrania, Keith Kellogg.
Trump ha prometido negociar una solución al conflicto y, según se informa, ha dado a Kellogg 100 días para llegar a un acuerdo. El mes pasado, advirtió que habría nuevas sanciones si Moscú se negaba a llegar a un acuerdo no especificado, pero enfatizó que “no busca perjudicar a Rusia”.
En una entrevista con el New York Post esta semana, Kellogg dijo que las sanciones actuales contra Rusia son “sólo un tres” en una escala del uno al diez en términos de lo dolorosa que puede ser la presión económica.
“Realmente se podrían aumentar las sanciones, especialmente las últimas sanciones”, afirmó, en una aparente referencia al 15º paquete de sanciones de la UE que apunta a la producción y las exportaciones de petróleo de Rusia.
Kellogg ha criticado la estrategia del expresidente estadounidense Joe Biden de prometer proporcionar ayuda a Ucrania “durante el tiempo que sea necesario, tanto como sea necesario”, afirmando que eso no es una estrategia, sino “una calcomanía”.
“La presión no puede ser sólo militar. Hay que ejercer presión económica, hay que ejercer presión diplomática” sobre Rusia, dijo al periódico, y agregó que “si hay alguien que entiende lo que es la influencia, ese es el presidente Trump”.
El equipo de Trump ha estado trabajando duro para poner fin al conflicto, afirmó el enviado, añadiendo que al final tanto Kiev como Moscú tendrán que ceder en algo para detener la matanza “a escala industrial” .
Kellogg también refutó un informe reciente de Bloomberg que afirmaba que presentaría un plan de paz en la Conferencia de Seguridad de Munich de la próxima semana.
Trump ha declarado en repetidas ocasiones que está dispuesto a hablar con el presidente ruso, Vladimir Putin, lo antes posible para negociar el fin del conflicto en Ucrania. El Kremlin había dicho anteriormente que estaba esperando señales claras de la Casa Blanca.
Sin embargo, Putin ha declarado que cualquier negociación en las condiciones actuales sería legalmente “ilegítima” debido al decreto de 2022 de Vladimir Zelensky que prohíbe las conversaciones con Rusia.
El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrey Sybiha, dijo a los periodistas esta semana que los funcionarios del país esperan tener varias reuniones con Kellogg y el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en la conferencia de Munich.
Zelensky afirmó el jueves que Trump aún no tiene un plan oficial sobre cómo detener el conflicto y agregó: “Nuestros equipos trabajarán juntos porque no puede haber un plan separado, creado sin nosotros”.
Ha instado a Trump a adherirse al principio de “paz a través de la fuerza” preservando la asistencia militar estadounidense a Kiev y aumentando la presión sobre Rusia, obligando a Moscú a cumplir con las demandas ucranianas durante las posibles negociaciones de paz.
Rusia ha insistido en que las hostilidades sólo terminarán si Ucrania se compromete a una neutralidad permanente, a la desmilitarización y a la desnazificación, reconociendo al mismo tiempo las “realidades territoriales sobre el terreno”.
Moscú ha declarado que sigue abierto a las negociaciones, pero insiste en que cualquier acuerdo debe incluir “acuerdos fiables y jurídicamente vinculantes que eliminen las causas profundas del conflicto”.