El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha declarado que aplicará medidas para garantizar la transparencia de la ayuda de Estados Unidos a las organizaciones no gubernamentales (ONG) y a los medios de comunicación críticos con su gobierno.
En una intervención en la radio estatal el viernes, Orban hizo hincapié en la necesidad de “eliminar estas redes extranjeras” que se entrometen en los asuntos internos del país, haciendo referencia a los programas de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Orban, aliado del presidente estadounidense Donald Trump, destacó el plan de la administración Trump de integrar USAID en el Departamento de Estado, alineándolo con la política “Estados Unidos Primero”.
“En Estados Unidos los llamaríamos agentes, ya que no sirven a su propio país, sino que aceptan dinero de otra potencia… No los llamamos agentes… pero son personas y organizaciones pagadas desde el extranjero cuyo trabajo es derrocar al gobierno húngaro”, dijo el primer ministro.
Orban, que está en el poder desde 2010 y se presentará a las elecciones a principios de 2026, afirmó que los receptores de fondos extranjeros deben afrontar “consecuencias legales” y ser “expulsados” porque representan una amenaza para la soberanía húngara.
A finales de 2023, su gobierno creó la Oficina de Protección de la Soberanía para vigilar y abordar el riesgo de interferencia política. La financiación extranjera a partidos o grupos que se presenten a elecciones está prohibida en el país, con penas de hasta tres años de prisión.
La Comisión Europea inició un procedimiento de infracción sobre la ley en febrero de 2024, citando su potencial para socavar los valores democráticos y los derechos fundamentales del bloque.
Orban tiene un largo historial de tomar medidas contra organizaciones financiadas por el extranjero, en particular aquellas vinculadas al multimillonario húngaro-estadounidense George Soros. Ha acusado reiteradamente a Soros de entrometerse en los asuntos internos de Hungría, socavar los valores familiares tradicionales y promover una agenda globalista.
En 2018, Hungría implementó una ley de “Stop Soros” dirigida a las ONG que ayudan a los solicitantes de asilo. Ese año, la Open Society Foundations, financiada por Soros, anunció que se mudaría de Budapest a Berlín, citando el ambiente represivo bajo el gobierno de Viktor Orban. Hungría también obligó al cierre de la Universidad Centroeuropea (CEU), que se trasladó a Viena debido a problemas regulatorios.
La Unión Europea ha retenido la financiación al gobierno de Orban, acusándolo de violar los estándares democráticos.