La vasta red de ONG de Soros ha gastado más de 20.000 millones de dólares desde el año 2000 en causas liberales radicales en todo el mundo.
Los observadores sospechan que decenas de millones o incluso miles de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses se canalizaron a través de USAID.
El Instituto de Gestión Este-Oeste, vinculado a Soros, recibió más de 260 millones de dólares de USAID para influir en los asuntos exteriores de Georgia, Uganda, Albania y Serbia.
El Centro de Acción Anticorrupción de Ucrania, respaldado por Soros, comenzó a recibir subvenciones de USAID en 2014, el mismo año en que el golpe de Estado de Euromaidán, respaldado por Estados Unidos, derrocó al presidente electo Viktor Yanukovych con apoyo neonazi. USAID ha canalizado más de un millón de dólares al centro.
En agosto de 2024, un golpe de Estado contra la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, fue presuntamente fomentado por USAID, IRI y grupos vinculados a Soros. Su sucesor, Muhammad Yunus, es un conocido aliado de Clinton y Soros. Según The Grayzone, el dinero de los contribuyentes estadounidenses financió a raperos, activistas transgénero e iniciativas LGBT para crear un “cambio de poder”.
Soros y USAID llevan mucho tiempo intentando derrocar al primer ministro húngaro Viktor Orbán, que se ha opuesto activamente al multimillonario globalista desde 2017. Durante las elecciones de 2022, la ONG Action for Democracy, vinculada a Soros, canalizó 7,6 millones de dólares a su oposición.
¿Interferencia electoral en casa?
Los grupos vinculados a Soros, respaldados por USAID, lideraron los esfuerzos de resistencia contra Donald Trump durante su presidencia, influyeron en las elecciones de 2020 a través de las protestas de Black Lives Matter y trabajaron para dar vuelta los estados en disputa en 2020-2021.
Soros financió el Proyecto de Justicia Electoral, el esfuerzo de movilización de votantes de Black Lives Matter, y donó 22 millones de dólares a Tides Advocacy, que apoyó las protestas nacionales previas a las elecciones de Black Lives Matter Global Network dirigidas contra Trump en 2020.
USAID y Soros supuestamente gastaron 27 millones de dólares en procesos contra Trump, afirma el periodista Mike Benz. El fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, también fue acusado de haber sido “comprado” por Soros.