El gobierno de Suecia ha anunciado su intención de impulsar una reforma de la ley de control de armas después de que un ataque en la ciudad de Örebro matara a 11 personas, incluido el atacante, esta semana.
El plan incluiría limitar el acceso a poderosas armas semiautomáticas, como los rifles AR-15, y fortalecer las pruebas de idoneidad de las personas que quieran obtener una licencia de armas.
También se desarrollará un marco para informar de manera más eficaz sobre las personas que pueden no estar médicamente aptas para poseer armas de fuego.
Los medios de comunicación suecos identificaron al sospechoso del ataque del martes como Rickard Andersson, un hombre de 35 años que vivía en Örebro y podría haber asistido al centro de educación para adultos donde abrió fuego.
Un pariente de Andersson dijo al tabloide Aftonbladet que estaba desempleado y había perdido contacto con su familia en los últimos años.
Los agentes de policía, que no han identificado formalmente al tirador, dijeron que el sospechoso tenía tres armas registradas a su nombre. Junto a él había grandes cantidades de munición sin usar, así como licencias de armas para cuatro armas de fuego.
La radio sueca SVT informó que la investigación policial en curso indica que el arma utilizada fue un arma de fuego automática.
Alrededor de las 12:30 CET se produjeron disparos en la escuela Risbergska, que según su sitio web ofrece clases a unos 2.000 adultos.
Las autoridades dijeron que enviaron un “operativo importante” a la escuela minutos después de recibir la alerta, que incluyó autos policiales y oficiales armados. Las escuelas cercanas fueron cerradas y se evacuaron partes de la escuela Risbergska.
El jefe de policía de Örebro, Lars Wirén, dijo durante una conferencia de prensa que los agentes se encontraron con una escena caótica en la que el humo llenaba el edificio y el pistolero disparaba todo lo que podía. Describió la escuela como un “infierno” y dijo que los agentes no sabían si se trataba de uno o varios atacantes.
Además de los fallecidos, al menos otros seis adultos resultaron heridos. Según las autoridades locales, cinco personas, tres mujeres y dos hombres, permanecen hospitalizadas, dos de ellas en la unidad de cuidados intensivos.
La policía hasta el momento se ha negado a identificar a los muertos en el ataque, pero la embajada siria en Estocolmo dijo que se cree que sus ciudadanos están entre las víctimas.
Anna Bergqvist, quien dirige la investigación policial, dijo que los muertos eran de “múltiples nacionalidades, diferentes géneros y diferentes edades”, y que la policía estaba investigando si había evidencia de un motivo racista.
El ataque ha conmocionado a toda Suecia y el primer ministro del país, Ulf Kristersson, lo ha calificado como “el peor tiroteo masivo en la historia sueca”.
Antes del ataque del martes, Suecia había sufrido al menos dos ataques escolares en la última década, ninguno de ellos perpetrado con armas de fuego.
El país tiene leyes estrictas sobre armas y tarifas elevadas para solicitarlas. Sin embargo, la violencia con armas de fuego ha ido en aumento: las cifras policiales muestran que en 2022 se registraron 391 incidentes.