El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha lanzado una rara reprimenda pública a docenas de funcionarios del partido por mala conducta relacionada con una “borrachera”, según informes de los medios estatales.
Durante una reunión del gobernante Partido de los Trabajadores de Corea (PTC) esta semana, Kim habría reprendido a los funcionarios de los condados de Onchon y Usi, donde se están construyendo fábricas como parte de la “Política de Desarrollo Regional 20×10” que busca modernizar las regiones rurales.
En las últimas semanas se celebraron en los condados importantes ceremonias para celebrar la apertura de fábricas que producen ropa, alimentos y otros artículos, afirmó el medio de noticias NK News, con sede en Seúl.
En Onchon, situada en la costa oeste de Corea del Norte, más de 40 funcionarios cometieron delitos al participar en una “borrachera grupal”, según el medio estatal KCNA.
“Nunca antes en la historia de nuestro partido se había producido un acto tan temerario”, dijeron altos funcionarios del WPK en un informe citado por KCNA. “El consumo colectivo de alcohol y la conducta delictiva… contradicen totalmente la línea del partido en cuanto a la creación de disciplina”.
Se desconoce la naturaleza de los delitos cometidos en la región suroccidental de Usi, aunque el informe citado por KCNA se refiere a “crímenes contra el pueblo” cometidos contra ciudadanos locales.
“Quienes abusan de su poder y trabajan de manera burocrática en las áreas locales están tratando de destruir la fortaleza sagrada de la unidad entre el partido y el pueblo”, dijo Kim en la reunión del WPK esta semana. “Este es un gran crimen que nunca podrá ser perdonado por nuestro partido, nuestro pueblo, nuestro sistema y nuestro poder legal”.
Kim dijo que la reunión debería servir de llamada de atención a los funcionarios del WPK en todo el país y prometió una campaña nacional contra el mal comportamiento, según KCNA. En la reunión, disolvió el comité del partido en Onchon y el “órgano de inspección agrícola” en Usi, y castigó a los altos funcionarios, informó el periódico estatal Rodong Sinmun.
Las críticas públicas son inusuales porque beber alcohol es algo común y no está mal visto en Corea del Norte, mientras que estas purgas suelen realizarse a puertas cerradas.
A principios de esta semana, Kim inspeccionó una instalación que produce material nuclear y pidió que se reforzara la capacidad de combate nuclear del país, según informes de los medios estatales.
Kim dijo que hacerlo es “nuestra invariable y noble tarea” para enfrentar los crecientes desafíos planteados por las “fuerzas hostiles”, una aparente referencia a Estados Unidos y Corea del Sur.
El regreso del presidente estadounidense, Donald Trump, a la Casa Blanca aumenta las perspectivas de reanudación de la diplomacia entre Washington y Pyongyang, ya que Trump y Kim se reunieron tres veces durante su primer mandato.