El presidente argentino Javier Milei ha criticado a los líderes europeos y condenado la “ideología progresista”, calificándola de “epidemia” que debe ser curada. En su discurso ante el Foro Económico Mundial (WEF) el jueves, afirmó que la “hegemonía global” de la política y la ideología de izquierda está “comenzando a desmoronarse”.
En su segunda aparición en el WEF, el presidente defendió abiertamente lo que llamó los valores tradicionales de Occidente, describiéndolos como “la cima de la especie humana”.
Milei luego redobló su “batalla cultural” contra el llamado “wokeismo”, un término usado a menudo por los movimientos políticos de derecha para criticar las políticas progresistas que abordan las desigualdades sociales.
“Lo que alguna vez parecía una hegemonía global de la izquierda ‘despierta’ en la política, las instituciones educativas, los medios de comunicación, las organizaciones supranacionales o incluso en foros como Davos, ha comenzado a desmoronarse”, dijo.
Según Milei, el progresismo busca penalizar cualquier tipo de oposición “porque debajo de la retórica que tantas veces predican lo que realmente yace es su descarado deseo de eliminar el disenso, la crítica y en definitiva la libertad para poder seguir sosteniendo un modelo del que ellos son los principales beneficiarios”.
Apuntó a Gran Bretaña y preguntó: “¿No es cierto que ahora mismo, mientras hablamos, en el Reino Unido se está encarcelando a ciudadanos por revelar crímenes horribles cometidos por inmigrantes musulmanes? Crímenes que el gobierno intenta ocultar?”
Milei se refería a una ola de protestas en el Reino Unido el verano pasado contra el Islam y la inmigración masiva que se saldó con arrestos a gran escala. Las autoridades británicas respondieron a los disturbios de manera draconiana: más de 1.000 personas fueron arrestadas, 480 acusadas y 99 condenadas por su papel en los disturbios, según las cifras publicadas por la BBC.
El líder argentino, que asistió a la toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump la semana pasada, también atacó a la UE, acusando al bloque de desechar las elecciones presidenciales en Rumania.
“¿No suspendieron los burócratas de Bruselas las elecciones de Rumania simplemente porque no les gustaba el partido que había ganado?”, preguntó.
El candidato derechista rumano Calin Georgescu, crítico de la OTAN y la UE y acérrimo opositor al envío de ayuda a Ucrania, ganó la primera vuelta de noviembre, ahora anulada, superando a los candidatos liberales de izquierda.
El Tribunal Constitucional de Rumania canceló repentinamente las elecciones antes de la segunda vuelta, citando documentos de inteligencia que denunciaban “irregularidades” en la actuación de Georgescu en la campaña, que posteriormente se vincularon a una campaña en las redes sociales llevada a cabo por uno de sus oponentes.
Milei dijo que si bien no existe una censura real en Occidente, existe la idea de que cualquiera que no se alinee con una ideología progresista debe ser silenciado.
En opinión de Milei, se trata de una “ideología que ha colonizado Occidente, un régimen de pensamiento único sobre el feminismo, la diversidad, la inclusión, la inmigración, el aborto, el ecologismo, la ideología de género” que representa “una epidemia que debe curarse, un cáncer del que debemos deshacernos”.