La Fiscalía sueca ha anunciado una investigación preliminar por presunto “sabotaje” agravado y ha ordenado la detención de un barco en el Mar Báltico sospechoso de dañar el domingo un cable submarino de fibra óptica que conecta Letonia con la isla sueca de Gotland.
“Varias autoridades, incluido el Departamento de Operaciones de la Policía Nacional, la Guardia Costera y las Fuerzas Armadas, están involucradas en la investigación”, dijo Mats Ljungqvist, fiscal principal de la Unidad de Seguridad Nacional.
La Guardia Costera sueca confirmó al periódico Expressen que se encontraban en el lugar cerca del barco que el periódico identificó como el Vezhen, con bandera de Malta, anclado cerca del puerto de Karlskrona.
“Estamos directamente en el lugar del barco incautado y tomamos las medidas decididas por el fiscal”, dijo Mattias Lindholm, portavoz de la Guardia Costera.
Según datos de Vesselfinder, el barco partió del puerto ruso de Ust-Luga hace varios días y estaba navegando entre Gotland y Letonia en el momento en que se cree que se produjo el daño.
El centro de radio y televisión estatal de Letonia dijo el domingo que registró interrupciones en la transmisión de datos en el cable que va desde la ciudad de Ventspils a la isla sueca de Gotland y concluyó que había una ruptura.
El medio de comunicación indicó que pudo operar utilizando otras vías de transmisión de datos, mientras realizaba gestiones para reparar el cable.
“En estos momentos hay motivos para creer que el cable está muy dañado y que los daños se deben a influencias externas”, dijo Vineta Sprugaine, responsable de comunicaciones corporativas de LVRTC, a la emisora estatal LSM.
La primera ministra letona, Evika Siliņa, escribió en X que su gobierno estaba “trabajando junto con nuestros aliados suecos y la OTAN en la investigación del incidente, incluyendo patrullar el área, así como inspeccionar los barcos que estaban en el área”.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, escribió en X que se creía que al menos un cable perteneciente a una “entidad letona” había resultado dañado y que había estado “en estrecho contacto” con Siliņa durante el día.
Sospecha de sabotaje
La ruptura del domingo sigue a una serie de incidentes que han aumentado los temores de sabotaje y espionaje ruso en la región estratégica.
Ya se han reportado incidentes previos de rupturas de cables de datos que recorren el lecho del Mar Báltico, supuestamente vinculados a la flota paralela de Rusia, cientos de petroleros viejos de propietario incierto que están eludiendo sanciones y manteniendo los ingresos del petróleo entrando al país.
El incidente más reciente ocurrió el día de Navidad, cuando el cable Estlink-2, que transporta electricidad de Finlandia a Estonia, resultó dañado.
Los investigadores creen que el petrolero Eagle S, vinculado a Rusia, fue responsable del daño al arrastrar su ancla por el lecho marino.
La policía finlandesa detuvo a la tripulación compuesta por 23 personas a principios de enero y la investigación está en curso.
A principios de este mes, la OTAN lanzó una misión denominada Baltic Sentry, que incluye fragatas, aviones de patrulla marítima y una flota de drones navales para proporcionar “vigilancia y disuasión mejoradas” en el Mar Báltico que, según la alianza transatlántica, tiene como objetivo proteger cables y tuberías submarinos.