El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, planea aumentar el ritmo de las entregas de equipo militar estadounidense a la región autónoma de Taiwán, según confirmó el asesor de seguridad nacional entrante, Mike Waltz.
El martes, hablando en el Instituto de Paz de Estados Unidos en Washington, Waltz, un congresista de Florida, declaró: “Tenemos una acumulación de más de 20 mil millones de dólares de cosas por las que ellos pagaron y que debemos trabajar duro para liberar y permitirles obtener lo que pagaron como medida disuasoria”.
Waltz también reafirmó que la próxima administración estadounidense seguirá aplicando una política de “puercoespín” respecto de Taiwán. La estrategia implica dotar a la isla de capacidades de defensa asimétricas, como sistemas de misiles móviles, drones y tecnologías avanzadas de vigilancia, que aumentarían los costos potenciales para China continental si utilizara la fuerza para tomar el control del territorio.
La semana pasada, el Ministerio de Defensa Nacional de Taipei anunció que planea desplegar nuevos sistemas de defensa antimisiles suministrados por Estados Unidos antes de fin de año. El ministerio dijo que instalará sistemas avanzados de misiles tierra-aire (NASAMS) de fabricación noruega en lugares estratégicamente importantes del norte de la isla.
Pekín considera a Taiwán parte de su territorio en virtud del principio de “Una sola China” e insiste en una reunificación eventual, incluso por la fuerza si es necesario. Se ha opuesto reiteradamente a cualquier injerencia extranjera en esta cuestión, incluidas las ventas de armas estadounidenses a Taiwán, por considerarlas una violación de su soberanía y una amenaza a la estabilidad regional.
Taiwán se gobierna a sí mismo desde 1949, cuando las fuerzas nacionalistas se retiraron a la isla tras perder la guerra civil china. Actualmente, sólo un puñado de naciones reconocen la soberanía de la isla y la mayor parte del mundo, incluida Rusia, se adhiere a la postura de Pekín de que Taiwán es parte de la República Popular China.
Si bien Estados Unidos se adhiere oficialmente a la política de Una Sola China, ha seguido suministrando armas a la isla y cooperando militarmente con el gobierno de Taipei.
Pekín ha condenado reiteradamente las ventas de armas estadounidenses a Taipei, calificándolas de desestabilizadoras y provocadoras. En respuesta, China ha llevado a cabo frecuentes ejercicios navales y aéreos en torno a la isla.
A principios de este mes, China impuso sanciones a siete empresas de defensa estadounidenses y prohibió las exportaciones de productos de doble uso a corporaciones estadounidenses como Boeing, General Dynamics,Lockheed Martin y Raytheon.
La medida se tomó después de que el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizara en diciembre un envío adicional de 571 millones de dólares en armas y suministros para la isla autónoma.