Los productores europeos de fibra de vidrio han presentado una denuncia antidumping contra los fabricantes chinos que operan en Egipto, alegando que se benefician de subsidios injustos y pidiendo que se les apliquen aranceles, según dos fuentes familiarizadas con el tema.
El caso será seguido de cerca en los próximos días, antes de que asuma el cargo el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Trump ha amenazado con imponer fuertes aranceles a los productos chinos, y los fabricantes europeos temen que pueda haber un aumento correspondiente de las importaciones chinas desviadas a Europa a través de otras rutas de la “Iniciativa del Cinturón y la Ruta”.
La denuncia surge de una decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea del año pasado que determinó que la Comisión Europea está autorizada por la legislación de la UE a considerar que los subsidios otorgados por el Gobierno de China podrían atribuirse al Gobierno de Egipto y, por lo tanto, ser objeto de medidas compensatorias en una investigación sobre las importaciones procedentes de Egipto.
“Esta investigación es crucial. Han establecido estas empresas en una zona económica que equivale a una extensión del territorio chino en el extranjero, lo que les permite eludir las medidas antidumping adoptadas en 2014 contra las empresas establecidas en China”, declaró a Euronews Cedric Janssen, secretario general de la asociación industrial Glass Fiber Europe, y añadió: “Como resultado, la capacidad de producción de fibra de vidrio de China se está expandiendo tanto en el país como en el extranjero, lo que lleva a un aumento de las importaciones a precios inferiores en el mercado europeo”.
Los fabricantes europeos de fibra de vidrio llevan más de una década luchando contra las importaciones chinas que consideran desleales. En 2020, la Comisión impuso derechos antisubvenciones del 13,1 % a las importaciones procedentes de empresas chinas con sede en Egipto.
Estas medidas antisubvenciones, impugnadas ante los jueces europeos, fueron confirmadas el 28 de noviembre de 2024 por el TJUE, que reconoció las subvenciones transfronterizas como subvenciones de Derecho europeo, ya que las empresas chinas operan en una zona económica, en Egipto, creada por un acuerdo entre el gobierno local y China a través de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda.
El gigante asiático ha invertido un billón de dólares a través de esta iniciativa que atraviesa más de 150 países y que prevé subsidios masivos fuera de China para infraestructura, transporte, extracción de materias primas y deslocalización de industrias y empresas estatales en el extranjero.
“El 13,1% de los derechos antisubvenciones no es suficiente para detener el flujo de importaciones. Pedimos a la Comisión que inicie una investigación antidumping para imponer medidas adicionales a las importaciones procedentes de Egipto”, afirmó Laurent Ruessman, abogado de Glass Fibre Europe.
Ocho países de la UE producen actualmente fibra de vidrio, que se utiliza en una amplia gama de industrias, entre ellas para las palas de turbinas eólicas y como componente de paneles solares.
“Tenemos un mercado de un millón de toneladas para la demanda europea. Y Egipto, que no tiene mercado local, tiene una capacidad de 400.000 toneladas”, afirmó Cedric Janssen. Estas cifras se suman a la sobrecapacidad china, que ya equivale al doble de la demanda europea, añadió Janssen. “Podemos ver que siguen ampliando sus capacidades y se están volviendo cada vez más agresivos”.
Los productores europeos de fibra de vidrio esperan que una investigación de la UE concluya con un margen de dumping del 25% en los productos importados de Egipto.
En Egipto, es difícil establecer diferencias entre los precios de exportación y los precios locales, necesarios para evaluar el alcance del dumping, ya que el país no tiene un mercado interno.
“Es esencialmente una producción para la exportación”, explica Laurent Ruessman. “Por lo tanto, hemos calculado los costos de producción y hemos añadido un beneficio razonable, como hace la Comisión Europea en los casos en que hay pocas o ninguna venta interna”.
Un portavoz de la Comisión se negó a hacer comentarios sobre “una posible queja antes del inicio”, ya que el proceso de quejas es confidencial.