El plan de reforma de las pensiones en Francia no debe modificarse para apaciguar a los oponentes políticos, dijo el jueves el jefe de la mayor federación de empleadores del país.
“No se debe comprometer la eficacia de la reforma”, afirmó Patrick Martin, director del Medef, ante los medios de comunicación vinculados RMC y BFMTV.
“No estamos en circunstancias normales… no es el momento de retomar esta reforma”, añadió.
La advertencia llega en un período tumultuoso para Francia, que se encuentra en un punto muerto político sobre sus compromisos presupuestarios.
Esta semana, los ministros del gobierno se reunirán con líderes de varios partidos políticos, con la esperanza de conseguir apoyo para aprobar un plan fiscal para 2025.
Actualmente, Francia gasta demasiado y se estima que su déficit para 2024 será de alrededor del 6,1% del producto económico.
Un déficit creciente significa que es más costoso para Francia pagar a sus acreedores, mientras que la incertidumbre económica también está obstaculizando nuevas inversiones.
¿Una moneda de cambio política?
La ley de reforma de las pensiones de Francia, que implica elevar la edad de jubilación a 64 años, se aprobó en 2023.
Debido a su impopularidad, podría potencialmente ser utilizado como moneda de cambio por el nuevo gobierno.
El primer ministro François Bayrou intentará evitar el destino de su predecesor, derrocado a finales del año pasado.
Michel Barnier no logró obtener el apoyo parlamentario necesario para su proyecto de presupuesto para 2025, lo que llevó al colapso del gobierno.
Cuando se le preguntó si la reforma de las pensiones podría modificarse, el ministro de Finanzas, Éric Lombard, dijo el lunes a la radio France Inter que nada estaba descartado.
Está previsto que el Primer Ministro François Bayrou presente los detalles del nuevo plan presupuestario en un discurso político el 14 de enero.
El ministro de Finanzas, Lombard, ha sugerido apuntar a un objetivo de déficit de entre el 5% y el 5,5% en 2025, un objetivo ligeramente más suave que el 5% por el que impulsaba Barnier.
Mientras tanto, en su discurso de Año Nuevo el miércoles, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, afirmó que los niveles de deuda de Francia habían superado “umbrales críticos”.
Añadió: “Este año debemos volver a un déficit lo más cercano posible al 5% del PIB, y claramente inferior al 5,5%”.
Villeroy dijo que Francia no tenía que elegir entre recuperación y crecimiento sino que, más bien, reducir el déficit aumentaría la confianza de los inversores y, por lo tanto, alimentaría la expansión económica.