Cuando una parte de Estados Unidos tirita hoy de frío, en otra potentes vientos propagan un incendio que llevó a órdenes de evacuación de unas 30 mil personas en el sur de California.
Se trata del siniestro bautizado como Palisades que se extiende, hasta ahora sin control, en condados de Los Ángeles, el cual arrasó más de mil 180 hectáreas en poco tiempo y anoche dejó a unos 101 mil 581 usuarios sin electricidad, de acuerdo con datos de poweroutage.us.
El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, decidió declarar el estado de emergencia por el fuego e informó que muchas estructuras ya quedaron destruidas, aunque no explicó el número exacto.
Newsom advirtió a los residentes de todo el sur del territorio estadual que no den por hecho que están fuera de peligro, y alertó que lo peor de los vientos de Santa Ana se registrará hasta este miércoles.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, escribió en su cuenta en X que “la ciudad está trabajando AGRESIVAMENTE para hacer frente a esta emergencia”.
Por su parte el Servicio Meteorológico Nacional indicó que estarían en medio de la más fuerte tormenta de vientos de Santa Ana en más de una década (las ráfagas podrían alcanzar hasta 129 kilómetros por hora con rachas de 160 kilómetros por hora) en las montañas y sus estribaciones.
Las autoridades también informaron que un nuevo incendio estalló en el área de las colinas de Pasadena, el cual denominaron Eaton Fire. Se encuentra próximo a la entrada de Eaton Canyon.
Los expertos del clima coinciden en que las condiciones para la proliferación de estos incendios en el sur de California se debe a la escasez de lluvias, o sea, una situación de sequía que recibe el combustible de los vientos. El estado apenas recibió 0.1 pulgadas de precipitaciones desde mayo.
Se estima que los últimos vientos de esta magnitud ocurrieron en noviembre de 2011 y entonces más de 400 mil clientes quedaron a oscuras en todo el condado de Los Ángeles.
Mientras “la primera tormenta invernal de 2025 fue mortal y perturbadora, mató al menos a cuatro personas, cerró carreteras en las Grandes Llanuras, dejó (también) a miles sin electricidad y produjo una nevada récord antes de dirigir su destrucción a las densas ciudades de la Costa Este”, así lo reseñó NBC News.
Solo en Washington DC cayeron 12 centímetros de nieve el 6 de enero, lo que marcó el día más nevado en dos años.
La nieve y el frío congelante casi paralizaron la capital del país impactada por este evento climatológico que cubrió una franja de más de dos mil kilómetros de oeste a este de Estados Unidos.
Sin embargo, el cierre no afectó al Congreso, donde se realizó el lunes se celebró una sesión conjunta del Congreso que certificó pacíficamente -a diferencia de hace cuatro años-la victoria en las elecciones presidenciales de 2024 de Donald Trump, el mismo que intentó subvertir el curso democrático del país.