El presidente francés, Emmanuel Macron, llamó a Europa a no ser “débil y derrotista” ante otra presidencia de Donald Trump y a acelerar su despertar estratégico.
Al hablar ante los embajadores franceses reunidos en el Palacio del Elíseo en París para delinear sus prioridades en política exterior para el año, Macron dijo que los temores de que una segunda presidencia de Trump en Estados Unidos tenga un impacto negativo en Europa son exagerados.
“Hace ocho años nos hacían exactamente las mismas preguntas. Nos decían lo peor: el presidente Trump había sido elegido, el Brexit ya estaba aquí, Europa estaba perdida”, afirmó.
“Hemos hecho avanzar a Europa en los últimos siete años. Con decisión. Y ahora es capaz de afrontar los retos que tiene por delante”, añadió.
Francia y Europa pudieron trabajar con la primera administración de Trump y la decisión del presidente electo de realizar su primer viaje internacional a París el mes pasado , donde “comenzó una discusión estratégica” entre los dos líderes, es una prueba de que el Viejo Continente sigue siendo un socio clave para Washington, continuó Macron.
Pero advirtió que “si decidimos ser débiles y derrotistas, tendremos pocas posibilidades de ser respetados por los Estados Unidos de América del presidente Trump”.
Instó a Europa a “avanzar mucho más rápido y con mucha más fuerza” en su intento por ser más soberana en áreas como la defensa y el comercio.
Sobre el primero, Macron elogió las recientes decisiones de la UE de establecer una capacidad de despliegue rápido de hasta 5.000 tropas y de impulsar la capacidad industrial, entre otras cosas, pero dijo que ahora se necesita “un programa de inversión europeo masivo con una preferencia europea”.
“La cuestión es si los europeos quieren producir lo que necesitan para su propia seguridad en los próximos 20 años o no. Es una apuesta segura que dentro de 15 o 20 años la prioridad estadounidense será su propia defensa, y mucho más en torno y en el Mar de China que en Europa. Si dependemos de la base industrial y tecnológica de defensa estadounidense, nos enfrentaremos a dilemas crueles y dependencias estratégicas vergonzosas”, afirmó.
En materia de economía y comercio, Macron argumentó que Europa “se enfrenta a un riesgo real de perder el ritmo de Estados Unidos y China” y que también debería abandonar las reglas establecidas que ahora solo ella respeta, mientras Washington y Pekín son mucho más proteccionistas con sus industrias.
“Todavía no entiendo por qué, en un momento en que ni China ni Estados Unidos respetan ya las normas de la OMC, seguimos haciéndolo, pero por nuestra cuenta. No está funcionando. Así que despertemos y observemos lo que se está haciendo”, afirmó.
“Necesitamos defender nuestra política comercial y garantizar un nivel de competencia justo y equitativo, y debemos defender el contenido europeo”.
Dijo que la Unión Europea aún no ha aprovechado todo el potencial del mercado único, debe impulsar las inversiones, incluso mediante préstamos conjuntos, y debería simplificar sus reglas para que sea más fácil para las empresas nacionales invertir e innovar.
El bloque de 27 países ha “legislado en exceso” en ocasiones, dijo Macron, y ahora debería tomar una “enorme pausa regulatoria” y “reconsiderar las regulaciones” que están obstaculizando nuestra capacidad de innovar.
El líder francés dijo que convocará a varios de sus homólogos de la UE en febrero para discutir el tema con vistas a presentar propuestas en marzo.
Sobre lo que significa una segunda presidencia de Trump para la guerra en curso en Ucrania, Macron enfatizó que “no habrá una solución rápida y fácil en Ucrania”.
La inminente llegada de Trump a la Oficina Oval -y su afirmación de campaña de que podría traer la paz a los pocos días de regresar a la Casa Blanca- ha generado temores de que Kiev pueda verse presionada a hacer dolorosas concesiones territoriales.
Pero según Macron, “el propio nuevo presidente estadounidense ha dejado claro que Estados Unidos no tiene ninguna posibilidad de ganar nada si Ucrania pierde”.
Washington, añadió, “tiene que ayudarnos a cambiar la naturaleza de la situación y convencer a Rusia de que venga a la mesa de negociaciones”.
“Los ucranianos deben mantener debates realistas sobre cuestiones territoriales y sólo ellos pueden dirigirlos. Los europeos deben crear garantías de seguridad, que será su principal responsabilidad. Se trata de una realidad geográfica y geopolítica”, añadió.