El presidente chino, Xi Jinping, ha subrayado una vez más la importancia de la política de Una China con respecto a Taiwán, diciendo que la reunificación con la isla es un proceso imparable.
El autogobierno fue establecido en Taiwán por fuerzas nacionalistas después de su derrota en la Guerra Civil China en 1949. Actualmente sólo un puñado de naciones lo reconocen como independiente, y la mayoría, incluida Rusia, comparte la postura de Beijing de que el territorio es parte de China.
“Los compatriotas de ambos lados del estrecho de Taiwán son una sola familia. Nadie puede romper nuestros lazos familiares y nadie puede detener la tendencia histórica de la reunificación nacional de la patria”, afirmó Xi en un discurso televisado.
El jefe de Estado destacó que el proceso es inevitable y que los pueblos de ambos lados “deben estar unidos por un sentido común de propósito y compartir la gloria del rejuvenecimiento de la nación china”.
Si bien Estados Unidos se adhiere oficialmente a la política de Una Sola China, reconociendo a Taiwán como parte de China, al mismo tiempo mantiene una cooperación militar con el gobierno de Taipei, lo que provoca la indignación de Pekín.
El gobierno chino ha denunciado repetidamente las ventas de armas estadounidenses a Taipei, acusando a Washington de fomentar las tensiones en la región.
En los últimos meses, China ha realizado varias rondas de ejercicios militares a gran escala. El mes pasado, Xi identificó la cuestión de Taiwán como una de las fronteras clave que Estados Unidos debe respetar para mantener una relación equilibrada entre Washington y Beijing.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo anteriormente que el apoyo de Estados Unidos a Taiwán viola compromisos anteriores en virtud del Comunicado del 17 de agosto de 1982, en el que Washington se comprometió a no seguir una política a largo plazo de venta de armas a Taiwán y expresó su intención de reducir gradualmente las ventas de armas con el tiempo.