Los trabajadores del gigante automovilístico han iniciado huelgas tras las revelaciones de VW sobre la posibilidad de cerrar plantas alemanas y suprimir miles de puestos de trabajo. Volkswagen está luchando contra la caída de las ventas en Europa, los altos costes laborales y el exceso de capacidad.
Cuatro días de conversaciones entre la dirección y los dirigentes sindicales del gigante automovilístico Volkswagen no han dado ningún resultado, según un comunicado del sindicato de trabajadores IG Metall.
“Lamentamos que después de cuatro días de negociaciones todavía exista un punto muerto para los empleados”, afirmó.
A pesar de la aparente mala noticia, el sindicato afirmó que las negociaciones habían avanzado y que ambas partes habían encontrado puntos en común en varios puntos. También reiteró que las conversaciones no se habían suspendido por completo, sino que simplemente estaban estancadas.
Según el Financial Times, la familia Porsche-Piëch, accionista mayoritario del fabricante de automóviles, ha mostrado su firme apoyo al cierre de numerosas plantas alemanas. La familia Porsche-Piëch es la propietaria mayoritaria del holding alemán Porsche SE, que a su vez es accionista mayoritario del Grupo Volkswagen.
El apoyo al cierre de fábricas surge tras una propuesta de reducción de dividendos sugerida por los sindicatos alemanes como alternativa de reducción de costes al cierre de fábricas.
Sin embargo, esta propuesta ha provocado que la familia Porsche-Piëch esté más preocupada por la competitividad global de la compañía a largo plazo, aunque sostienen que recortar el tamaño del negocio es el camino a seguir.
Esto se debe principalmente a que Volkswagen actualmente enfrenta problemas como la caída de las ventas en Europa, así como los altos costos laborales y el exceso de capacidad.
La familia multimillonaria ya ha dejado claro que solo aceptará como solución una importante medida de eficiencia de costes. Porsche SE también ha revelado que podría verse obligada a reducir su participación en Volkswagen en casi un 40% debido a la falta de datos de planificación financiera y a la incertidumbre actual.
Dado que el holding ya enfrenta una gran cantidad de deuda debido a otras inversiones, como en Porsche AG, el impacto de la caída de los dividendos y una participación reducida en Volkswagen podría ser significativo a largo plazo.
La dirección descarta recorte de dividendos y bonificaciones
Volkswagen ya rechazó una propuesta sindical anterior que sugería recortar dividendos y primas, así como las horas de trabajo. Estas medidas podrían haber supuesto un ahorro de costes de aproximadamente 1.500 millones de euros.
Por otra parte, los planes de reducción de costes propuestos por la compañía automovilística hasta ahora incluyen el despido de miles de empleados alemanes, así como el cierre de fábricas por primera vez en el país y una reducción salarial del 10%. Volkswagen también se ha fijado un objetivo de ahorro de costes de unos 10.000 millones de euros.
La preocupación por una posible reducción de los dividendos también ha obligado a la familia Porsche-Piëch a ponerse en contacto con los sindicatos de Volkswagen, aunque anteriormente habían intentado evitarlo.
Las negociaciones salariales entre Volkswagen y los sindicatos de trabajadores alemanes IG Metall y AG se encuentran ahora en su quinta ronda, y las negociaciones son complicadas y lentas. Los trabajadores ya han llevado a cabo huelgas dos veces durante el último mes.
Volkswagen sufre una mayor competencia china
Una de las principales razones de la desaceleración de las ventas de Volkswagen en Europa se debe a la mayor competencia de rivales chinos como BYD, Geely y SAIC. La competencia se intensifica especialmente en el caso de los vehículos eléctricos (VE), ya que los VE chinos suelen venderse en Europa a precios más baratos y cuentan con características relativamente mejores.
Si bien los recientes aranceles de la UE a los fabricantes de automóviles chinos mencionados anteriormente podrían ayudar en cierta medida a las empresas automotrices europeas nacionales, algunos fabricantes de automóviles chinos ya han comenzado a orientarse hacia vehículos híbridos para exportar a la UE, ya que aún no están cubiertos por los aranceles actuales.