La Comisión ha ampliado las prohibiciones sobre el uso de una sustancia química comúnmente utilizada en plásticos y resinas, el bisfenol A (BPA), que a menudo se encuentra en envases de alimentos y bebidas y se sabe que es perjudicial para la salud humana.
Según la prohibición, el BPA ya no podrá utilizarse en productos como revestimientos de latas de metal, botellas plásticas reutilizables para bebidas, enfriadores de agua y otros utensilios de cocina.
La sustancia química está prohibida en productos para bebés y niños pequeños, como biberones y tetinas, desde 2011.
Mantener altos estándares de seguridad alimentaria en la Unión Europea y proteger a los ciudadanos es una de las principales prioridades de la Comisión, afirmó el Comisario de Salud, Olivér Várhelyi, en un comunicado de prensa.
La prohibición sigue un dictamen de 2023 de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA), que concluyó que la exposición alimentaria al BPA representa un problema de salud para los consumidores de todos los grupos de edad.
Como resultado del estudio, la EFSA redujo significativamente la ingesta diaria tolerable (la cantidad que se puede consumir de forma segura a diario durante toda la vida) a aproximadamente 20.000 veces menos que el límite anterior establecido en 2015.
El bisfenol A está clasificado como una sustancia química peligrosa por la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA), ya que puede provocar daños oculares graves, reacciones alérgicas en la piel e irritación respiratoria.
Por sus propiedades como disruptor endocrino, también puede provocar alteraciones hormonales, perjudicando la fertilidad y el sistema reproductivo.
La exposición a sustancias químicas que alteran el sistema endocrino puede ser peligrosa incluso en dosis muy bajas y tener efectos más adelante en la vida. En los últimos años se han estudiado ampliamente, ya que los análisis sugieren que pueden ser responsables de la disminución del recuento de espermatozoides, el aumento de la cantidad de niños varones que nacen con malformaciones genitales y el aumento de los casos de ciertos tipos de cáncer que se sabe que son sensibles a las hormonas.
La Comisión anunció que, para la mayoría de los productos, habrá un período de eliminación gradual de 18 meses, con excepciones muy limitadas donde no hay alternativas, para dar a las industrias tiempo para adaptarse y evitar interrupciones en la cadena de suministro de alimentos.