La Comisión Europea ha propuesto suspender el régimen de viajes sin visado para los diplomáticos y funcionarios georgianos en respuesta a la violenta represión de los manifestantes, que han salido a las calles durante semanas para denunciar el giro gradual del partido gobernante hacia Rusia y su alejamiento de Europa.
Las manifestaciones, que ya van por 22 días, comenzaron a fines de noviembre después de que el primer ministro Irakli Kobakhidze anunciara inesperadamente que no buscaría la adhesión a la UE hasta 2028 , a pesar de una obligación en la Constitución que obliga a los organismos estatales a “tomar todas las medidas dentro del ámbito de sus competencias” para garantizar la integración de Georgia.
La violenta represión de los manifestantes pro-UE ha provocado enfrentamientos caóticos en las calles, arrestos de figuras de la oposición, múltiples informes de personas heridas y cientos de arrestos, junto con acusaciones de palizas, torturas y robos a manos de la policía.
La indignación se ha visto agravada por la serie de irregularidades que empañaron las elecciones parlamentarias de octubre, en las que el partido de Kobakhidze obtuvo la mayoría
A principios de esta semana, la Alta Representante Kaja Kallas presentó la primera propuesta de sanción a los funcionarios georgianos responsables de la represión, pero su plan fue vetado por Hungría y Eslovaquia , que lo denunciaron como una injerencia en los asuntos internos (días después, el Reino Unido y los Estados Unidos introdujeron sanciones contra un puñado de funcionarios georgianos).
Sin embargo, Kallas obtuvo suficiente apoyo para suspender los viajes sin visado para los diplomáticos georgianos, lo que se considera mucho menos potente que las sanciones.
“Es mi primer veto húngaro, pero puedo garantizar que no será el último”, afirmó Kallas.
“Con las sanciones, necesitamos 27 personas a bordo, por lo que, lamentablemente, no estamos allí. Pero creo que (la suspensión) del régimen sin visados es el primer paso y también es simbólico”.
La propuesta de la Comisión, publicada el viernes, sólo requiere una mayoría cualificada de Estados miembros para su aprobación, privando a Hungría y Eslovaquia del poder de veto.
El alcance de la suspensión se limita a los titulares de pasaportes diplomáticos y de servicio, lo que significa que solo quienes trabajen para instituciones estatales necesitarán obtener un visado. Los Estados miembros habían señalado previamente su firme reticencia a aplicar la restricción a la población en general, por temor a efectos negativos para quienes protestan en las calles.
“Las facilidades para la obtención de visados, como tiempos de solicitud más cortos, tarifas de visados más bajas y el requisito de presentar menos documentos de respaldo, tampoco se aplicarán ya a los titulares georgianos de pasaportes diplomáticos y oficiales”, dijo la Comisión en un comunicado de prensa .
La implementación de la medida quedará a cargo de las autoridades nacionales en un espíritu de “cooperación sincera”, señaló el ejecutivo, en lo que parece una advertencia a Hungría y Eslovaquia.
Los georgianos han disfrutado de la exención de visado para viajar al bloque desde 2017 como parte de un enfoque estratégico para profundizar los lazos con el vecindario oriental, que también se aplicó a Moldavia y Ucrania. Como resultado, los ciudadanos georgianos pueden ingresar al espacio Schengen y permanecer allí durante 90 días sin la molestia de solicitar un visado.
Pero en los últimos meses, las acciones del partido gobernante, Sueño Georgiano, han puesto en duda el cumplimiento por parte del país de los requisitos básicos para disfrutar de tal beneficio.
En su último informe , la Comisión concluyó que Georgia ya no cumplía todos los criterios necesarios para viajar sin visado y pidió, entre otras cosas, la derogación de dos leyes controvertidas dirigidas a las ONG y los derechos LGBTQ+ que han suscitado comparaciones con el Kremlin y han provocado una paralización de facto de las negociaciones de adhesión.