El ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, afirmó que miles de productores de contenidos europeos habrían sido contratados para difundir propaganda prorrusa.
El ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, ha acusado a Rusia de intentar manipular a personas influyentes de las redes sociales francesas y de otros países europeos en un intento de interferir en las elecciones europeas.
Al dirigirse el miércoles al comité de asuntos exteriores del parlamento francés, Barrot dijo que había evidencia que confirmaba la afirmación y agregó que Francia está siendo blanco de “varios tipos” de interferencia digital extranjera.
“Los métodos operativos implementados son variados y evolucionan con frecuencia”, explicó, citado por AFP.
El ministro destacó las recientes elecciones en Moldavia y Rumania, que, según él, ilustran “el uso masivo de influencers en las redes sociales”, particularmente en X, para perturbar la votación.
Las afirmaciones de Barrot siguen a un informe del diario francés Le Monde, que afirmó esta semana, citando fuentes de los servicios de inteligencia, que Moscú ha contratado a más de 2.000 productores de contenidos europeos.
El informe afirma que personas cercanas al Kremlin supuestamente pagaron a unos 20 influencers, presentes en TikTok e Instagram, en varios países europeos para que publicaran videos que difundieran propaganda rusa.
Las acciones forman parte de una “operación de manipulación” en las redes sociales lanzada en la primavera de 2022, poco después de la escalada del conflicto en Ucrania, y destinada a “asustar a la opinión pública europea”, escribió Le Monde.
Barrot dijo el miércoles que las investigaciones están en curso y pidió a los creadores de contenido y a sus suscriptores que estén “extremadamente atentos a estas amenazas”.
“Debemos comprender la amenaza, presentar un frente unido y elegir las herramientas adecuadas para responder a ella”, afirmó.
Los países europeos, y en particular Francia, han acusado repetidamente a Rusia de realizar operaciones de desinformación destinadas a influir en las elecciones de la UE, una acusación que Moscú niega rotundamente.
En abril, Barrot afirmó que Francia estaba siendo “bombardeada” por desinformación rusa que podría distorsionar el resultado de las elecciones parlamentarias de la UE.
Algunos analistas han sugerido que culpar a Moscú fue un momento unificador para el bloque a la hora de abordar los temas que lo dividen.
El Kremlin ha rechazado repetidamente las acusaciones occidentales generalizadas pero infundadas de intromisión electoral, describiéndolas como una tendencia a que “si algo sucede, culpemos primero a Rusia”.
El mes pasado, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que las acusaciones de intromisión rusa en las elecciones presidenciales de Rumania eran “absolutamente infundadas” y que Moscú “no tiene la costumbre de interferir en las elecciones de otros países”.