Desde hoy Trenes Argentinos Capital Humano (Decahf) dejó de existir por decisión del Ejecutivo nacional. La empresa dedicada a la capacitación del personal ferroviario y a resguardar la historia de los ferrocarriles en el país funcionaba con 1.388 trabajadores que fueron puestos en disponibilidad.
Las autoridades ordenaron convocar a una Asamblea General Extraordinaria para iniciar los trámites correspondientes a la liquidación. Con esta medida concluye el proceso de cierre definitivo inciado en octubre, cuando el Gobierno argumentó que tenía una “estructura sobredimensionada” y que “duplicaba las tareas de otras compañías estatales ” vinculadas al sector. “Son gastos innecesarios”, repetían.
A partir de la resolución 58/2024, publicada hoy en Boletín Oficial, Trenes Capital Humano no realizará contrataciones ni facturaciones y tampoco tendrá egresos ni tampoco ingresos. “Además, al darse de baja la empresa, no contará con personal ni realizará ninguna actividad”, comunicaron oficialmente.
Fuentes consultadas por este medio, pusieron en duda que no pudiera existir reubicaciones del personal como ocurrió con otros casos y que los anuncios sean “fulbito para la tribuna”. Al tiempo que mientras se informa con bombos y platillos el achique del Estado “se incorporan nuevos cargos en distintos lugares de la administración pública”.
Dentro del plan general de la declaración de emergencia y reestructuración del sistema ferroviario argentino, que incluye cierre de ramales y ceses de servicios, el Gobierno incorporó esta iniciativa que retira las capacitaciones destinadas a quienes desempeñan distintas tareas en el funcionamiento de los trenes. “En un modelo como el de Milei donde la inversión ferroviaria es igual a cero tiene lógica que aplique estas medidas”, opinó Diego Giuliano, ex ministerio de Transporte a nivel nacional, quien se manifestó a favor del desarrollo ferroviario por considerarlo virtuoso y multiplicador de mano de obra.
La legislación ferroviaria argentina toma como modelo comparado a la española que tiene entre sus responsabilidades la formación permanente del personal. Ese es el rol que hasta tenía asignado la DECAHF como parte de un proyecto conformado por la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIF S.E.) a cargo de las obras y de la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOF S.E.) cuya responsabilidad es la prestación de los servicios asignados de cargas y de pasajeros.
“Es necesario valorar el empleo público porque son profesionales que garantizan funciones y servicios para la comunidad y por eso se creó la estabilidad en el empleo público para sostener las fuentes de trabajo pero también la prestación que brindan, más allá de los cambios de gobierno”, afirmó Giuliano en referencia a la situación de los trabajadores.
La reducción del personal había iniciado a pocos días de la asunción de Milei con la terminación de 400 contratos, antes de hacer pública la determinación de cerrar por completo la compañía.
Entre los argumentos para disolver DECAHF, el Gobierno informó que la empresa “demandó 180 millones de dólares al Tesoro nacional durante la gestión anterior para motivos insólitos como fueron obras de arte en estaciones de trenes que no operaban o programas como “Entretrenerte” donde contrataban artistas y hacían fiestas gratis durante la pandemia”. Sobre este punto, remarcaron que el cierre genera un “ahorro para el Estado de 42 mil millones de pesos anuales”.
La dependencia, una de las cinco que integran al holding ferroviario estatal, también estaba encargada de resguardar la memoria sobre la historia ferroviaria argentina a través del Museo Nacional Ferroviario, el Archivo General Ferroviario, el Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria (Cenacaf) y los Talleres Junín.