Las facciones yihadistas de Siria serán “disueltas” y entrenadas para unirse a las “filas del Ministerio de Defensa”, dijo el líder del grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que llevó a los combatientes rebeldes a Damasco y derrocó al régimen del presidente sirio Bashar al-Assad.
Ahmed al-Sharaa, anteriormente conocido como Abu Mohammad al-Jolani, agregó que todos los combatientes estarían “sujetos a la ley” mientras buscaba asegurar a las minorías en Siria que el grupo protegería a los ciudadanos y continuaría con las instituciones estatales en el país multiétnico.
“Siria debe permanecer unida”, afirmó Al-Sharaa, según el canal de Telegram del grupo. “Debe haber un contrato social entre el Estado y todas las religiones para garantizar la justicia social”.
En una reunión separada, al-Sharaa dijo que las sanciones internacionales contra Damasco deberían levantarse para que los refugiados desplazados pudieran regresar a sus hogares.
Subrayó la “importancia de restablecer las relaciones con Londres”, según comentarios publicados en el Telegram del grupo el lunes.
La semana pasada, el Reino Unido indicó que revisaría la designación de HTS como organización terrorista, aunque el primer ministro británico, Keir Starmer, concluyó que era “demasiado pronto” para hacer evaluaciones oficiales del grupo.
HTS es una antigua filial de Al Qaeda y una organización terrorista catalogada en el Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea. El grupo cortó vínculos con Al Qaeda en 2016 y renunció al yihadismo, aunque todavía ha sido acusado de varios abusos de los derechos humanos, incluidas ejecuciones por blasfemia y adulterio.
Su designación como grupo terrorista conlleva severas sanciones, incluidas prohibiciones a la venta de armas y a la importación de petróleo.
HTS establece contacto
Desde que asumió el poder tras el sorprendente derrocamiento del régimen de al-Assad, HTS ha trabajado para establecer una transición política fluida en el país, incluso trabajando con miembros del anterior gobierno de al-Assad.
Sin embargo, los países occidentales han sido cautelosos a la hora de levantar las sanciones contra Siria, aunque muchos han establecido contacto inicial con HTS.
La nueva jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, dijo que el bloque debería estar listo para aliviar las sanciones con la condición de que HTS tome “medidas positivas” para establecer un gobierno que respete los derechos de las mujeres y las minorías.
El portavoz de HTS, Obeida Arnaout, insistió en que Siria había entrado en una nueva fase y que el gobierno estaba buscando construir buenas relaciones con sus vecinos, calificando de “inexacta” la designación de HTS como grupo terrorista.
Siria es el hogar de múltiples comunidades étnicas y religiosas que han pasado años enfrentadas entre sí por el Estado de al-Assad y una agotadora guerra civil.
Las fuerzas lideradas por los kurdos y respaldadas por Estados Unidos en el noreste de Siria son una de las minorías que controlan la región semiautónoma y supervisan los centros de detención que albergan a militantes del EI.
En algunas zonas ya se han producido enfrentamientos por territorio entre las fuerzas kurdas y los grupos armados que derrocaron a Al Asad.
Arnaout insistió en que los kurdos son parte del pueblo sirio y que sus derechos serán protegidos, pero añadió que el nuevo gobierno no aceptará que ninguna parte de Siria quede fuera del control de Damasco.
“Los kurdos son uno de los componentes del pueblo sirio y estamos muy interesados en que este grupo tenga sus derechos protegidos”, afirmó. “El tejido social de Siria es una fuente de fortaleza y no de debilidad. Pero afirmamos que no queremos que ninguna parte de Siria quede separada”.
El enviado de la ONU a Siria, Geir Pedersen, dijo el lunes que se reunió con el líder de HTS y desde entonces pidió el levantamiento de las sanciones internacionales contra Siria para permitir una reconstrucción más rápida.
Mientras tanto, un observador de guerra con sede en el Reino Unido dijo el lunes que los ataques israelíes que alcanzaron depósitos de misiles dentro de Siria fueron los “más violentos” desde 2012.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha insistido en que los ataques son necesarios para combatir a los grupos que amenazan los intereses israelíes llenando el “vacío de poder” dejado por al-Assad.
Las tropas israelíes también se han apoderado de una zona fronteriza en el país, lo que ha provocado la condena de los críticos que dicen que la medida podría constituir una apropiación explotadora de tierras.