Una misteriosa enfermedad parecida a la gripe que ha cobrado decenas de vidas en la República Democrática del Congo (RDC) en las últimas semanas es probablemente malaria, según los resultados preliminares de laboratorio anunciados por las autoridades el miércoles.
Las muestras tomadas de personas infectadas indicaron que nueve de cada doce dieron positivo para malaria, aunque, según se informó, la calidad de las muestras era deficiente.
El Dr. Jean-Jacques Muyembe, microbiólogo congoleño y director general del Instituto Nacional de Investigación Biomédica de Kinshasa, indicó que se están realizando investigaciones para confirmar si se trata de una epidemia localizada. Sugirió que la malaria es la causa probable, señalando que la mayoría de las víctimas han sido niños.
A principios de esta semana, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, también señaló que la mayoría de las muestras dieron positivo para malaria. Sin embargo, reconoció que podrían estar implicadas múltiples enfermedades y agregó que se recogerían y analizarían más muestras.
Según la OMS, entre el 24 de octubre y el 5 de diciembre se han registrado 406 casos de esta misteriosa enfermedad y 31 muertes. La mayoría de estos casos han afectado a niños menores de 14 años en nueve de las 30 áreas de la zona sanitaria de Panzi, provincia de Kwango, en el suroeste del país.
La semana pasada, el Ministerio de Salud de la República Democrática del Congo anunció en las redes sociales que 376 personas habían sido infectadas y 79 habían muerto, siendo la mayoría de las víctimas niños menores de cinco años.
La enfermedad, aún no identificada, se manifiesta con fiebre, dolor de cabeza, tos, secreción nasal y dolores corporales. Sin un diagnóstico concluyente, no está claro si la causa es viral o bacteriana, según Dieudonne Mwamba, director del Instituto Nacional de Salud Pública del país.
Las autoridades locales, incluido el ministro de Salud provincial, Apollinaire Yumba, han instado a los residentes a tomar precauciones para evitar una mayor propagación de la enfermedad y les han aconsejado no tocar a los fallecidos.
Debido a la ubicación remota de la región (a unos 700 kilómetros de la capital, Kinshasa) y la capacidad limitada para realizar pruebas locales, las muestras tuvieron que transportarse más de 500 kilómetros hasta Kikwit para su análisis.
La OMS informó el domingo que la zona afectada enfrenta una inseguridad alimentaria cada vez mayor, tasas de vacunación bajas y un acceso limitado a diagnósticos y atención médica de calidad. La región también sufre escasez de personal sanitario, suministros y transporte, y las medidas de control de la malaria en vigor son “muy limitadas” .
Equipos de especialistas de la OMS y de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades continúan sus investigaciones.