Pese a las disculpas, la destitución del mandatario surcoreano parece inminente.
En un discurso dirigido a la nación este sábado por la mañana, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, pidió disculpas por la breve imposición de la ley marcial esta semana, medida que fue implementada la noche del 3 de diciembre y revocada en cuestión de horas.
Yoon explicó que la decisión fue motivada por un “sentido de urgencia” ante una situación crítica, pero reconoció que esto generó ansiedad e inconvenientes en la población.
“Lo siento mucho y pido disculpas sinceras a las personas que puedan haberse sorprendido. No eludiré la cuestión de la responsabilidad jurídica y política en relación con la declaración de la ley marcial”, declaró el mandatario, según la agencia Yonhap.
Al abordar con preocupación los rumores sobre una posible reinstauración de la ley marcial, Yoon garantizó que “nunca habrá una segunda ley marcial”.
En su alocución, también anunció su intención de confiar al partido gobernante la elaboración de un plan para estabilizar el país, lo que incluye la cuestión de su mandato. Aseguró que el partido y el Gobierno “asumirán conjuntamente la responsabilidad de la gestión de los asuntos estatales”.
Por su parte, Han Dong-hoon, líder del gobernante partido Poder Popular, comentó sobre la situación política, sugiriendo que la destitución del presidente es casi inevitable.
“La salida anticipada del presidente Yoon Suk-yeol es inevitable”, afirmó en declaraciones a la prensa en la Asamblea Nacional tras la intervención del mandatario. “El presidente no puede llevar a cabo sus deberes normales”, agregó, destacando la gravedad del momento.
Han también enfatizó que su partido evaluará “el mejor camino” para el futuro de Corea del Sur y su pueblo, en medio de una creciente presión política y social.