Aviones de guerra rusos y sirios llevaron a cabo ataques aéreos contra fuerzas terroristas en la parte noreste de la provincia de Homs, matando a docenas de militantes, informó la agencia de noticias estatal SANA.
Los combates a gran escala en Siria estallaron la semana pasada después de que varios grupos terroristas, encabezados por Hayat Tahrir-al-Sham (HTS), una escisión de Jabhat al-Nusra, lanzaron una ofensiva sorpresa contra las fuerzas gubernamentales. Los yihadistas han logrado rápidos avances, en particular en la provincia de Alepo, y el ejército sirio se ha retirado de la ciudad de Hama. Sin embargo, el gobierno de Damasco ha recibido apoyo de los aviones de guerra rusos estacionados en el país.
En una publicación en Telegram el sábado, el medio dijo, citando a una fuente militar, que el bombardeo conjunto “concentrado” tuvo como objetivo grupos de terroristas en la zona rural de Homs. Los ataques mataron a “docenas” de yihadistas y destruyeron sus vehículos y equipos, según el informe, sin proporcionar el recuento exacto.
Según SANA, las fuerzas sirias que operan en Hama y Homs también realizaron “intensos disparos de artillería y misiles” contra los militantes y sus líneas de suministro, “logrando impactos directos”.
El ejército sirio también ha anunciado que sus tropas que operan en las regiones de Daraa y Suwayda, en el sur del país, han sido redistribuidas y han “establecido un cordón defensivo fuerte y cohesionado” para repeler los ataques terroristas en los puestos de control. El ejército describió las incursiones como intentos de desviar la atención de Damasco de Homs y Hama.
Los medios de comunicación sirios afirman que las fuerzas de Damasco han destruido un total de 2.500 terroristas, con la ayuda del apoyo aéreo ruso.
El presidente Bashar Assad ha prometido “eliminar a los terroristas” que atacaron el país, así como castigar a sus “patrocinadores y partidarios”, en medio de informes de prensa de que los militantes recibieron entrenamiento de la inteligencia militar ucraniana.
A principios de esta semana, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, también sugirió que la ofensiva HTS podría ser apoyada por Estados Unidos y el Reino Unido, y agregó que Moscú está trabajando con Turquía e Irán para estabilizar la situación.