El presidente ruso, Vladímir Putin, se ha mostrado este viernes dispuesto a desplegar en territorio de Bielorrusia misiles balísticos hipersónicos Oréshnik, que fueron utilizados por primera vez el 21 de noviembre contra una fábrica de armamento en Ucrania. El líder del Kremlin ha hecho este anuncio tras firmar un acuerdo de garantías de seguridad con su país vecino que contempla el empleo de armas nucleares.
En respuesta a la petición pública del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, Putin ha considerado “posible” el emplazamiento de dicho armamento. Así, ha precisado que, a medida que avance la producción en serie de los Oréshnik, el despliegue podría tener lugar en la segunda mitad de 2025.
“Estos sistemas entrarán en servicio con las Fuerzas de Misiles Estratégicas y paralelamente comenzaremos su despliegue en territorio de Bielorrusia”, ha indicado. Además de volver a destacar las cualidades “sin parangón en el mundo” de esos misiles -indetectables para los escudos antimisiles occidentales y que pueden alcanzar las capitales europeas-, ha subrayado que la clave no es su potencial, sino su precisión.
En el marco de la reunión del Sóviet Supremo de la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia, Putin y Lukashenko han firmado un acuerdo sobre garantías de seguridad que contempla el uso de armas nucleares ante una amenaza exterior, en alusión a la OTAN. El documento recoge las obligaciones de ambos países en materia de defensa de la soberanía, independencia, integridad territorial y orden constitucional, así como de garantizar la inviolabilidad del territorio y de las fronteras.
Putin ha asegurado que la Unión Estatal, que fue creada hace 25 años por Lukashenko y su antecesor en el Kremlin, Boris Yeltsin, ha aprobado una nueva doctrina militar que tiene en cuenta la “difícil situación internacional” y desglosa las medidas conjuntas para afrontar los principales desafíos y amenazas.
A su vez, ha señalado que en el espacio común ya opera un sistema conjunto de defensa antiaérea y una agrupación militar regional.