En la primera vuelta de las elecciones, un candidato hasta entonces desconocido, Călin Georgescu, encabezó las encuestas con un resultado sorprendente.
Apenas dos días antes de la vital segunda vuelta de las elecciones presidenciales rumana entre el candidato de extrema derecha Călin Georgescu y la centrista y pro-UE Elena Lasconi, el Tribunal Constitucional rumano decidió cancelar la primera vuelta.
Se celebrarán nuevas elecciones en la fecha que designe el gobierno.
La dramática decisión llega después de la desclasificación de los informes secretos de los servicios de inteligencia rumanos que muestran la implicación de Rusia en la influencia sobre los votantes a través de una campaña de propaganda antioccidental en apoyo de Georgescu.
Los informes de inteligencia según mostraron varios procesos ilegales en la financiación de la campaña de Georgescu.
La decisión del Tribunal Constitucional sacudió toda la escena política y la sociedad rumana y auguró consecuencias imprevistas.