El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, reemplazó al ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, en medio de los esfuerzos de los partidos de oposición para destituir a ambos hombres durante un breve período de ley marcial, que luego fue revocado por el parlamento.
El ministro Kim presentó su renuncia y se disculpó por los trastornos y la preocupación causada al público, admitiendo que las tropas actuaron bajo sus órdenes y asumiendo plena responsabilidad por el incidente.
El jueves, el presidente Yoon anunció que el general retirado Choi Byung-hyuk, actual embajador de Corea del Sur en Arabia Saudita, asumirá el cargo de ministro de Defensa. Hasta que Choi asuma el cargo tras una audiencia parlamentaria, el viceministro de Defensa Kim Seon-ho actuará como ministro interino. La audiencia es en gran medida simbólica, ya que el presidente puede nombrar ministros sin necesidad de aprobación parlamentaria.
Se ha presentado a la Asamblea Nacional una moción conjunta para destituir al presidente Yoon y se votará el sábado por la noche.
Mientras tanto, grandes multitudes se congregaron frente al Parlamento para celebrar una vigilia con velas en protesta contra el presidente. Yoon, que se enfrenta a un posible proceso por alta traición, no ha aparecido en público desde que anunció el levantamiento de la ley marcial en la televisión.
Los legisladores de la oposición también votaron el jueves a favor de destituir al presidente de la junta de auditoría de Corea del Sur y a tres fiscales de alto rango. Los fiscales están acusados de diluir una investigación sobre una presunta manipulación de acciones que involucra a la esposa de Yoon.
Reacciones de los vecinos
Las reacciones de los países vecinos tras los acontecimientos en Corea del Sur fueron diversas. El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, se negó a hacer comentarios y dijo que la situación era un “asunto interno” de Seúl.
Por otra parte, el gobierno japonés dijo que estaba siguiendo de cerca la situación en Seúl con serias preocupaciones.
El secretario jefe del gabinete, Hayashi Yoshimasa, dijo a los periodistas el jueves que Japón y Corea del Sur son vecinos importantes que deberían cooperar en los desafíos globales. “El gobierno tomará decisiones apropiadas sobre las relaciones bilaterales integrales entre los países”, agregó Hayashi.
En medio de las preocupaciones sobre el impacto de la declaración de Yoon sobre el estatus democrático de Corea del Sur, los funcionarios han estado tratando de mitigar la reacción.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lee Jaewoong, dijo que el ministerio envió notas diplomáticas a las misiones extranjeras, subrayando que la ley marcial se levantó mediante procedimientos democráticos y que las advertencias de viaje no deben cambiar, ya que la seguridad pública sigue siendo estable. La declaración de la ley marcial por parte de Yoon se produjo apenas horas después de su cumbre con el presidente de Kirguistán, Sadyr Japarov, quien se encontraba en Seúl para una visita oficial. Mientras tanto, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, habría cancelado su viaje previsto a Corea del Sur esta semana.
¿Cómo se desarrollan los números?
Para destituir al presidente se necesitaría el apoyo de al menos 200 miembros de la Asamblea Nacional de Corea del Sur, de 300 escaños, una mayoría de dos tercios.
Los partidos de la oposición tienen actualmente 192 escaños y necesitarían el respaldo de 18 legisladores del partido de Yoon. Sin embargo, los miembros de la facción anti-Yoon en su partido, a pesar de calificar de “inconstitucional” su declaración de ley marcial, han declarado que se opondrán al impeachment.
Si el impeachment sigue adelante, Yoon sería suspendido de su cargo mientras el Tribunal Constitucional decide si lo destituye permanentemente.
La moción de impeachment acusa a Yoon de no cumplir las condiciones constitucionales para declarar la ley marcial, que está restringida a tiempos de guerra o crisis igualmente graves
Afirma que intentó un “autogolpe” movilizando al ejército, suspendiendo las actividades de los partidos políticos y utilizando tropas para bloquear el acceso a la Asamblea Nacional, acciones consideradas equivalentes a una rebelión.
Sin embargo, dado que la Guerra de Corea nunca terminó oficialmente, Yoon podría argumentar que Corea del Sur sigue en estado de guerra, lo que proporciona una base legal para sus acciones.
La alta traición se castiga con la muerte según la legislación de Corea del Sur.
Aunque la pena de muerte sigue siendo legal, no se han llevado a cabo ejecuciones en el país desde 1997.